En estado de alerta
La cotorra cotilarga (Psittacula longicauda) ha perdido el 17% de su área de distribución en Indonesia y Malasia en los primeros años del siglo XXI. Pero no es la única que ha visto su hábitat reducido: un sapo endémico de la Guayana Francesa (Atelopus flavescens) solo vive en 400 km2 y la ardilla voladora de Hagen (Petinomys hageni) ha perdido más del 70% de los bosques donde habitaba entre Sumatra e Indonesia.
Estas son algunas de las más de 500 especies de mamíferos, aves y anfibios cuyo estado de conservación ha empeorado a causa de la deforestación que amenaza sus hábitats naturales desde principios del siglo XXI. Así lo revela un estudio, publicado en Conservation Biology.
El equipo, que ha contado con la participación de BirdLife International, la Real Sociedad para la Protección de las Aves de Reino Unido (RSPB) y de las universidades de Varsovia, Roma, Grenoble y Queensland, ha analizado los cambios ocurridos entre 2002 y 2012 en una masa forestal que sirve de hogar a más de 11.000 especies. Para ello, ha empleado cientos de mapas de alta resolución y libre acceso de la plataforma Google Earth, captados vía satélite.
El objetivo de la investigación fue aportar datos sobre el terreno para complementar el marco de trabajo que ofrece la Lista Roja de Especies Amenazadas que elabora la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés). En su última revisión, la lista analizó el estado de 63.837 especies, de las cuales 19.817 se encuentran amenazadas. Casi 4.000 se hallan en peligro crítico y otras 5.766 en peligro, el nivel inmediatamente inferior en cuanto a riesgo de extinción.
El estudio revela que la gran mayoría de las especies que atraviesan un creciente riesgo de extinción viven en zonas cuya masa forestal se ha visto severamente reducida. En total, la deforestación de los últimos años habría afectado a entre 198 y 490 especies de anfibios, entre 215 y 253 aves y entre 51 y 131 mamíferos.
El riesgo de extinción es mayor de lo que se creía
Las zonas más afectadas por la deforestación del siglo XXI se ubican en Centroamérica, la cara norte de los Andes, Madagascar, los bosques del arco oriental de África –en las montañas de Kenia y Tanzania– y las islas del Sudeste Asiático. “Es necesario abordar con urgencia las causas de la deforestación y asegurar una conservación efectiva de las masas forestales, especialmente en aquellas áreas de las que dependen muchas especies amenazadas”, concluye Butchart.