Las pesquerías que dependen de especies de corta vida, como la sardina o el camarón, han sido las más susceptibles a resentir los efectos del cambio climático, ya que este fenómeno afecta la producción de clorofila, que es la base para la producción de fitoplancton, alimento de ambas especies.
Así lo da a conocer la investigación “Impacto socioeconómico del cambio global sobre los recursos pesqueros del Pacífico mexicano” a cargo del doctor Ernesto A. Chávez Ortiz, del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
El trabajo realizado en el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR) del IPN, indica que en los últimos cinco años no ha habido cambios “espectaculares” atribuibles al cambio climático, lo que mas ha afectado a las pesquerías es la sobre demanda en la pesca.
“A nivel mundial, gran parte de los recursos pesqueros están explotados a su máxima capacidad, varios han sobrepasado su capacidad de regeneración y están sobreexplotados”, señala Chávez Ortiz.
El especialista del CICIMAR detalla que en la investigación se hicieron análisis exploratorios del clima y de las pesquerías, y confirmaron lo que de manera intuitiva se ha dicho desde hace tiempo: que mucha de la variabilidad de las capturas se debe al cambio climático, el problema es que no se había encontrado evidencia apropiada para demostrarlo.
“En la investigación encontramos una manera clara y objetiva de demostrarlo: tomamos los datos históricos procedentes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) de las capturas pesqueras, disponibles desde 1950, los comparamos con los índices de la variabilidad climática y encontramos altas correlaciones”.
El especialista politécnico agrega que lo más notable de los resultados fue demostrar una correlación entre la captura de las especies y los indicies de variabilidad climática, como el índice de la Oscilación Decadal del Pacífico y el de la Oscilación del Sur (el fenómeno del Niño), que se utilizaron para hacer los análisis de regresión. Los registros de las capturas pesqueras sirvieron para entender la intensidad de los impactos sobre las poblaciones explotadas.
Con estos índices se identificaron pautas de cambio, por ejemplo, mientras en la década de 1970 la producción de sardina aumentó, en los 80 disminuyó por debajo de lo normal, mientras que en el camarón la captura aumentó por encima de lo normal, pero en los años 90 cayó su producción.
De esta manera se identificaron cambios climáticos a mediados de la década de 1970, y otro a finales de los 80 que afectaron la pesca de sardina y camarón en el Pacífico mexicano, presuntamente atribuibles al fenómeno de El Niño. En el caso particular de la captura de camarón, sus efectos se asocian con el aporte de agua del continente; por ejemplo, cuando hay una buena temporada de lluvia, habrá un aumento en la producción del crustáceo, misma que se reduce cuando no llueve.
El investigador del CICIMAR aclara que el análisis de las pesquerías examinadas en el marco de este proyecto hizo uso de un modelo de simulación que permite evaluar las estrategias óptimas de explotación, los posibles cambios en la biomasa de los recursos analizados, así como efectos del cambio climático a largo plazo, como el de los ciclones y separarlos de los causados por la intensidad de la pesca.