Pequeños y alargados son los pólipos de las nuevas gorgonias descritas, Tauroprimnoa austasensis y Digitogorgia kuekenthali, en la zona de Austasen, al Este del mar de Weddell, y al Sureste de las Islas Falkland y de Isla Nueva, en la Patagonia chilena, respectivamente. Ambas especies se distinguen por el número, forma y disposición de las escamas de carbonato cálcico que recubren los pólipos, y por el tipo de ramificación de las colonias.

“Las Tauroprimnoa se caracterizan por ser colonias en forma de escobillón, con ramas simples y cuyos pólipos dispuestos en verticilos, poseen sólo cuatro escamas marginales. El resto del pólipo está cubierto por cinco hileras longitudinales de escamas. La vista recuerda a la cabeza de un toro y de ahí su nombre”, describe a SINC Rebeca Zapata-Guardiola, autora principal del trabajo e investigadora en el Departamento de Fisiología y Zoología de la Universidad Sevilla.

El estudio, que se ha publicado en la revista Polar Biology, demuestra que las gorgóneas del género Digitogorgia tienen las mismas características que las anteriores, a excepción de las digitaciones de la zona distal de las escamas de los pólipos, y la ausencia de espinas en las ocho escamas marginales y en las ocho hileras completas de escamas que cubren el pólipo.

Cuatro nuevas especies

Las otras cuatro especies descubiertas en la zona de las Islas Georgias del Sur y en la Bahía de Atka en la región antártica –Thouarella bayeri, Thouarella sardana, Thouarella undulata, y Thouarella andeep- comprenden, al igual que sus congéneres, ocho hileras de escamas que cubren la superficie del pólipo.

“Las diferencias se encuentran en el patrón de ramificación de las colonias, en la disposición de los pólipos en las ramas y en la forma y ornamentación de las escamas del pólipo”, señala Zapata-Guardiola.

Esta segunda investigación, publicada en la revista Scientia Marina, ha revelado la presencia de escamas operculares accesorias en los pólipos de las gorgóneas, situadas en un ciclo interno, y ya observadas en 1908 por el japonés Kinoshita. Esto podría señalar que el número de escamas se redujo durante su evolución. Sin embargo, “hasta ahora no habían vuelto a ser observadas en ninguna otra especie del género”, apunta la bióloga.

Las seis nuevas especies se han recolectado a través de técnicas de muestreo para fauna bentónica gracias a la red Agassiz –uno de los arrastres más utilizados para evaluar las comunidades que viven en los fondos marinos- durante las campañas LAMPOS, ANDEEP-SYSTCO y BENDEX a bordo del buque Polarstern.



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