El águila imperial ibérica es una de las rapaces más escasas del mundo y, junto con el lince ibérico, una de las especies endémicas más características de la Península Ibérica. En la actualidad, la población total de la especie en el mundo es de unas 250 parejas, todas ellas asentadas entre Andalucía, Extremadura, Castilla León, Castilla-La Mancha y Madrid. Cádiz es un punto estratégico de conexión para las poblaciones de esta especie aisladas en el sur de España.
Plataformas artificiales
El macho de la pareja gaditana es un individuo reintroducido en el año 2007, mientras que la hembra es un ejemplar de origen silvestre de unos cinco años. Ambos forman pareja desde el año 2007.
En 2009 se instalaron plataformas artificiales en la región para estimular la nidificación de estas aves. Sin embargo, la pareja decidió construir su propio nido en un alcornoque en enero de 2010. El nido está situado a unos dos kilómetros del lugar de suelta de los ejemplares del proyecto de reintroducción. Tanto el aporte de material al nido como las cópulas se sucedieron hasta el pasado 19 de marzo, día en que se calcula que comenzó la incubación de los huevos. El día 6 de mayo eclosionaron los huevos y nacieron los dos primeros pollos en la provincia de Cádiz desde 1956.
El proyecto de reintroducción en esta provincia andaluza se inició en el año 2002 y desde entonces se han liberado un total de 46 ejemplares de águila imperial ibérica. Los pollos reintroducidos son ejemplares con altas posibilidades de morir por falta de alimento, agresiones entre hermanos, muerte de adultos, caída de nidos, etc. Estos pollos se rescatan y se sueltan con una técnica llamada crianza campestre o hacking.
El coordinador científico del proyecto, el biólogo del CSIC Miguel Ferrer, detalla la importancia de este nacimiento: "En el marco del proyecto de reintroducción se preveía conseguir las primeras crías de águila imperial en 2012, de modo que haber conseguido este objetivo con dos años de antelación constituye todo un éxito".
"Los aciertos de este programa de reintroducción, junto con los ya obtenidos el año pasado con el águila pescadora, nos enseñan el camino que se debe seguir en el futuro para evitar la extinción de especies amenazadas: ser capaces de recuperar su antigua distribución", afirma Ferrer.