Cantabria y Asturias trabajarán en un proyecto conjunto para evitar la desaparición de una de las grandes joyas de la fauna ibérica, el oso cantábrico, una de las subpoblaciones de oso pardo que perviven en Europa y que se encuentra en peligro de extinción.
La población salvaje de oso pardo cantábrico es muy limitada y apenas supera el centenar de ejemplares adultos distribuidos en regiones aisladas entre ellas. En cautividad, sólo existían hasta ahora dos ejemplares genuinamente puros de la variedad cantábrica del oso pardo ( Ursus arctos ). Son las hembras adultas Paca y Tola que viven en semilibertad custodiadas por la Fundación Oso de Asturias, que se hizo cargo de ellas cuando quedaron abandonadas en el monte tras la muerte de su madre a manos de futivos.
La puesta en marcha de un programa de cría en cautividad necesitaba de la llegada de un macho, y esto ha sido posible gracias a la cesión por parte del Gobierno cántabro de un robusto ejemplar, Furaco , de 320 kilos de peso, que hasta ahora vivía en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. El cruce del semental con las osas aportaría variabilidad genética a una subespecie sometida a una fuerte endogamia debida al escaso número de ejemplares existentes.
A partir de ahora, Furaco convivirá con Paca y Tola , a las que duplica en peso, con el objetivo de que consigan reproducirse en cautividad. Las osas fueron separadas de sus progenitores al nacer y desconocen cómo comportarse ante estas situaciones. Los gestores del proyecto esperan que la naturaleza haga su trabajo y pueda haber oseznos en un plazo de tiempo temprano.