Pese a que México asegura estar haciendo todo lo posible para proteger a las mariposas monarca a su paso por el país, su número se reduce cada año, algo que según las autoridades medioambientales sólo puede solucionarse con un movimiento ciudadano de concienciación en Norteamérica.
"Hace falta mucha información y educar a todo un grupo de personas que no están conscientes e indirectamente están afectando al fenómeno de la migración. Este tema tiene que pasar de ser sólo ambiental hacia otros sectores que tenemos que involucrar", dijo en una entrevista con Efe el titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Luis Fueyo.
Según el seguimiento llevado a cabo por la Conanp y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), este ha sido el año en el que menos mariposas ha habido desde que se tienen datos en 1993.
Durante la temporada 2013-2014 se registraron siete colonias de mariposas monarca (tres en Michoacán y cuatro en el estado de México) que ocuparon un total de 0,67 hectáreas, el 43,7% menos que en la anterior temporada. Este es el indicador del número de mariposas que llega a México para invernar (de noviembre a marzo) en los bosques templados de Michoacán, tras haber viajado durante más de 4.000 kilómetros por Canadá y Estados Unidos.
Algunas de las principales amenazas para las monarcas son la deforestación en sus lugares de hibernación en México y la reducción de su hábitat reproductivo en Estados Unidos y Canadá por el cambio de uso del suelo y la disminución del algodoncillo (la planta de la que se alimentan las larvas) debido a los herbicidas.
"Las autoridades ambientales y de vida silvestre de Estados Unidos y Canadá están totalmente de acuerdo en que se deben proteger estos hábitats. El problema es que tenemos que llevar este compromiso a aquellas personas que están haciendo uso del territorio con otro fin" y no se dan cuenta de los efectos, dijo Fueyo.
Según varios expertos citados por WWF, en el medio-este de los Estados Unidos gran parte del hábitat reproductivo de las mariposas se ha perdido por los cambios en las prácticas agrícolas y el uso excesivo de herbicidas.
Asimismo, la principal amenaza para el hábitat reproductivo de la monarca en Canadá es la pérdida y degradación del hábitat debido a cambios de uso del suelo.
"México ha cumplido cabalmente los compromisos que adquirimos", ya que "nos comprometimos a parar de manera importante la tala, a tener disponibles superficies suficientes para que la mariposa monarca tuviera donde invernar y esos sitios existen", aseguró Fueyo.
A su paso por México, añadió, las mariposas se cuidan y hay muchas reservas y parques nacionales que están pendientes, por lo que "el problema no es que se hayan muerto en México, eso no pasa. Aquí las que llegaron vivas se conservan, sólo que llegaron pocas".