Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales, en colaboración con científicos de 29 instituciones europeas, han publicado un artículo en el que explican por qué los bosques europeos con diversidad de especies cumplen mejor sus funciones que los más homogéneos. Jack of all trades, o aprendiz de todo y maestro de nada, es el término que han acuñado y que explica por qué un bosque más diverso es multifuncional y capaz de suministrar muchos servicios al mismo tiempo.
Los bosques de montaña nos aportan múltiples servicios tales como control de la erosión, regulación del ciclo hidrológico, provisión de agua y madera, uso recreativo, hábitat para flora y fauna de gran valor, etc.
Los bosques de montaña nos aportan múltiples servicios tales como control de la erosión, regulación del ciclo hidrológico, provisión de agua y madera, uso recreativo, hábitat para flora y fauna de gran valor, etc.
Además de ser el hábitat de miles de especies animales y vegetales, los bosques tienen muchas funciones: almacenar CO2, regular el clima, suministrar alimentos, producir madera o ser espacios recreativos a la vez que regeneran la flora son solo algunos de los servicios que prestan. La pérdida de biodiversidad que provoca la actividad humana puede reducir el bienestar de nuestra propia especie porque deriva en la disminución de las funciones que ofrecen los ecosistemas boscosos.
“El efecto que hemos llamado Jack of all trades o ‘aprendiz’ que se produce en los bosques es parecido a lo que ocurre con los deportistas. La del decatlón es la disciplina deportiva que forma los atletas más completos, pero es una especialidad en la que no gana el que más corre o el que más salta sino el que lo hace todo con una media mejor, el más equilibrado y completo.
La diversidad de árboles afecta al número de servicios que el bosque puede aportar
En los bosques ocurre lo mismo, a la larga, funcionan mejor y ponen a nuestra disposición más servicios los ecosistemas multifuncionales que albergan muchas especies”, explica Fernando Valladares, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales y coautor de un trabajo publicado en Nature Communications sobre los bosques europeos.
Gracias a este estudio han descubierto que la calidad de los servicios que provee un ecosistema no difiere mucho en función la diversidad de especies, es decir, a la hora de medir la calidad del servicio da igual si hay muchas o pocas especies pero la diversidad de árboles si afecta al número de servicios que el bosque puede aportar. Frente a los bosques homogéneos, los que tienen árboles de muchas especies suministran casi todos los servicios en un nivel bueno pero no alto.
“La razón de que el efecto ‘aprendiz’ sea bueno para el bosque es que varias especies crean diferentes beneficios. Algunas aportan hábitats para los pájaros, otras retienen mejor la humedad y mejoran la salud del suelo, otras aportan buena madera. El resultado de mezclarlas se traduce en que los bosques diversos nos abastecen de muchos servicios”, aclara Valladares.
Los investigadores han usado simulaciones computacionales de ecosistemas que muestran que sería bueno que este efecto ‘aprendiz’ se expanda por los ecosistemas terrestres ya que promover la biodiversidad asegurará que muchos ecosistemas sean capaces de proveer a un nivel moderado todos los servicios.