Buitres leonados
En ocasiones, durante los meses de verano, la costa gaditana recibe a unos inesperados visitantes: jóvenes buitres leonados que deambulan despistados por la zona. Si ve a una de estas rapaces posada y con signos de desorientación, desde SEO/BirdLife les recomiendan ponerse en contacto con las autoridades locales o avise al centro de recuperación de fauna silvestre de la provincia. Es más que probable que el buitre necesite ayuda.
Aunque pudiera parecer lo contrario, los buitres sí son especies migratorias. Al menos, en sus primeros años de vida. Se trata de un ave social, que se alimenta de carroña en grupo. Sin embargo, los juveniles –aquellos que han nacido en el año– tienen un instinto migrador que les impulsa a desplazarse y a menudo emprenden el viaje a África. Lo hacen acompañados de ejemplares un poco más mayores, de entre dos y tres años generalmente. A partir de los cuatro años, ya en plena madurez sexual, inician su vida en pareja.
Este viaje iniciático hacia el sur es todo un reto para los jóvenes buitres. No sólo se enfrentan a una larga travesía sino también a las inclemencias del tiempo: el fuerte viento de Levante, como el que ha soplado en las últimas semanas en Cádiz, no es el mejor aliado para cruzar El Estrecho.
Las aves que deambulan por la costa gaditana –como este ejemplar avistado hace unos días en San Fernando– probablemente vieron imposible cruzar el Mediterráneo y decidieron volver a tierra firme. Semejante esfuerzo suele dejarlas exhaustas y sin acceso a comida. La única manera de garantizar su supervivencia es un centro de recuperación, donde los técnicos pueden asistir a los ejemplares, suministrándole agua y alimentación suplementaria que les prepare para alzar el vuelo de nuevo. Una labor imprescindible y, que a juicio de SEO/BirdLife, necesita mayor apoyo de las administraciones.
España acoge a la mayor colonia de buitres leonados de Europa, en torno al 90% de los ejemplares que habitan en el continente. Se trata de una de las poblaciones mejor conservadas del mundo, dado que se encuentra en situación de declive tanto en Asia como en África.
Sin embargo, esta especie y otras aves carroñeras protegidas se están viendo afectadas por el diclofenaco, un medicamento veterinario que se emplea en el ganado como antiinflamatorio. Es inocuo para las reses y también para los seres humanos pero resulta mortal para las aves. De hecho, su uso llevó a la práctica extinción de varias especies de buitres en el subcontinente indio.
A pesar de que existen alternativas que no afectarían a las rapaces, la Comisión Europea y el Gobierno español autorizan el uso veterinario de este compuesto letal para los buitres.