Ayer se celebró el Día Mundial del Tigre, y Bután anunció que el país alberga 103 tigres, un aumento desde la última estimación en la que se contaron 75 ejemplares. Sin embargo, WWF alerta de que el Sudeste asiático se enfrenta a una crisis que podría suponer la extinción de los tigres en la región.

El primer censo nacional de tigre de Bután, pone al pequeño país del Himalaya en la lista de campeones por el tigre –junto a Nepal, India, Rusia y Bangladesh- que ya han realizado censos nacionales de la especie, un paso crucial en la meta Tx2 para doblar el número de tigres salvajes para el año 2022.

Los resultados de Bután llegan días después de que Bangladesh también publicara los datos de su primer censo nacional de tigre: 106 ejemplares en libertad. La estimación previa había sido mayor, pero se basaba en una metodología menos fiable que podría haber sobreestimado el número de tigres. Es el primer censo sistemático de tigre realizado en Bangladesh, incluyendo el uso de cámaras trampa, y para WWF es una prueba de la necesidad de que todos los países censen sistemáticamente sus tigres. Sin embargo, muchos países del Sudeste asiático no lo están haciendo.

“Hay una crisis del tigre en el Sudeste asiático. Los países no están contando sus tigres, y pueden llegar a extinguirse si no se toman acciones inmediatas”, ha asegurado el responsable de la Iniciativa Tigres Vivos de WWF, Mike Baltzer. “El apoyo político es más débil y los recursos son más escasos, mientras el furtivismo y la pérdida de hábitat están en niveles críticos. Hasta que los países no conozcan la realidad sobre el terreno, no podrán tomar medidas apropiadas para proteger sus tigres”.

Este año, expertos de Malasia sugirieron que el número de tigres en el país ha descendido desde su última estimación de 500 en 2010 hasta menos de 250 individuos. Se cree que no hay poblaciones reproductoras de la especie en Camboya, Vietnam, ni Laos, y se desconoce el número de tigres que viven en Indonesia, Tailandia y Myanmar.

Hay esperanzas: el Gobierno de Tailandia se está reuniendo para analizar el estado de las poblaciones de tigres del país, el Gobierno de Malasia anunció recientemente su intención de llevar a cabo su primer censo nacional de tigre, y el Gobierno de Camboya está estudiando la reintroducción de tigres con el apoyo de WWF.

 Los tigres están en peligro. La última estimación global en 2010 reveló que quedaban tan sólo 3.200. Actualmente, se desconoce la cifra total de tigres en libertad, aunque todos los países donde habita la especie se han comprometido a dar una nueva estimación en 2016, a mitad de camino de la meta Tx2.

El furtivismo es la mayor amenaza para los tigres en la actualidad. Junto con el marfil y el cuerno de rinoceronte, las partes de tigre son muy demandadas en Asia. WWF teme que los países que no están realizando sus censos nacionales podrían perder sus tigres a manos de furtivos sin ni siquiera darse cuenta. De hecho, esto ya podría ser el caso de algunos países.

En enero de este año, India anunció que su número de tigres había aumentado hasta 2.226 desde los 1.706 que se contaron en 2010. En mayo, el último censo de Rusia encontró 540 tigres, mientras el último censo de Nepal en 2013 desveló que los tigres en el país habían aumentado de 155 en 2008 hasta 198. También hay señales que indican que los tigres se están asentando y reproduciendo en el noreste de China.

Los censos nacionales de tigre son caros y normalmente se llevan a cabo en terrenos de difícil acceso con condiciones meteorológicas severas. Estos factores son barreras para que los países lleven a cabo el trabajo. Sin embargo, los beneficios son mucho  mayores a la inversión necesaria, y ONG como WWF están dispuestas a trabajar con los gobiernos para compartir experiencia técnica y buscar fuentes de financiación.



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