“Nunca de un solo género, ni siquiera de una sola familia, se han descrito en un solo trabajo tantas especies”, confirma Anselmo Peñas, autor principal del monográfico, colaborador del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) de París y del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y uno de los mayores expertos de la superfamilia de los Pyramidelloidea.
En el año 2000, el Museo de París encargó a Anselmo Peñas y a Emilio Rolán el estudio de los Pyramidelloidea de aguas profundas del Pacífico Sur Tropical. Este es el primer trabajo en el que se describen 272 especies de caracoles del género Turbonilla, hallados durante los últimos 30 años en campañas oceanográficas internacionales en aguas profundas, entre 100 y 1.700 metros de profundidad, cerca de Nueva Caledonia, Islas Solomon, Vanuatu, Fidji, Tonga y Polinesia.
El trabajo se ha publicado en el volumen 26 de las Publicaciones Científicas del Museo de París, y según sus autores es “más que un logro”. “Si el récord Guiness estuviera dentro de la Ciencia, éste sería uno por descontado”, apuntan los expertos, ambos jubilados y coleccionistas de micromoluscos.
“Este trabajo ha sido más difícil y más grande que otros, y ha sido un gran reto porque se trataba de un material de profundidad que además era de una zona que no conocíamos, y contaba con muchas especies, lo que es mucho más complicado”, destaca Emilio Rolán, coautor del monográfico y colaborador en la Universidad de Santiago de Compostela.
Diez años de estudio
Una década de análisis, evaluaciones, comparativas, descartes y contactos con museos de todo el mundo han permitido confirmar el hallazgo de 209 especies nuevas para la ciencia. “Es una barbaridad”, declara Peñas al mencionar el número de caracoles. Del resto de especies estudiadas, unas 30 eran ya conocidas y otras 33 no contaban con el material suficiente para citarlas como nueva especie.
“Cuando el director de Malacología del Museo de París nos comentó que eran muchas especies, sonreímos porque ya estábamos acostumbrados, y pensamos que iban a ser unas 20 ó 30 nuevas especies. Lo sorprendente fue cuando vimos que todas eran distintas y cada vez aparecían más”, describe Rolán.
“La novedad no sólo reside en la descripción de tantas especies, sino también en el hecho de que todas pertenecen a un mismo género, Turbonilla, de una misma familia”, concreta Peñas. Según el experto, ni en el siglo XIX, cuando se describieron más especies, ni en el siglo XX, se habían descrito en un solo trabajo tantas especies de un solo género.
La difícil identificación de los Pyramidelloidea
La identificación de los moluscos del género Turbonilla no ha sido tan fácil como la de otras familias, como los Conidae, la familia de moluscos gasterópodos más numerosa junto a Pyramidelloidea. La ausencia de rádula (la "dentadura" de los moluscos que permite identificar a la especie) y un tamaño diminuto, casi microscópico (inferior a 10 milímetros), ha complicado y alargado la tarea de los autores, que han pasado largas temporadas en el museo parisino.
“Al ser muchas y muy pequeñas no se puede hacer una separación a simple vista, hay que hacer fotografías a microscopio electrónico, y luego ordenarlas. En total han sido 1.300 fotos. Es un trabajo enorme”, especifica Rolán.
Otro rasgo distintivo de esta familia es la parasitación: “Se sabe que los Pyramidellidos son parásitos de los jugos corporales de otros moluscos como el mejillón común y de gusanos o poliquetos, pero no sabemos cuántos Pyramidellos parasitan a moluscos”, explica Peñas. Al no tener rádula, estos moluscos parasitan con la ayuda de una especie de trompa que se introduce en los jugos blandos del resto de animales y se alimenta de ellos.
El trabajo de los dos expertos españoles no acaba aquí. Ésta es la primera parte de su estudio que en los próximos dos años permitirá la publicación de nuevos trabajos “casi tan importantes como el primero” sobre otros géneros de la misma familia.