Un grupo de investigadores acaba de descubrir al menos 14 nuevas especies en el Cerrado de Brasil, una de las 34 áreas de más alta biodiversidad del mundo, identificada como objetivo de conservación prioritario debido a su riqueza en especies y por estar críticamente amenazada.
Los pastizales arbolados del Cerrado cubrían un área igual a la mitad de Europa, pero ahora están desapareciendo a más del doble de la velocidad de la vecina Amazonía. Esta rápida pérdida de la vegetación nativa y de especies únicas es el resultado de la transformación del Cerrado en tierras agrícolas para suplir la demanda creciente de soja, caña de azúcar y ganado.
Especie recién descubierta de rana cornuda del género Proceratophrys .(Foto: Conservation.org)
Las posibles nuevas especies incluyen ocho especies de peces, tres de reptiles, un anfibio, un mamífero y un ave, las cuales fueron halladas dentro y en los alrededores de la Estación Ecológica de Serra Geral do Tocantins, la segunda área protegida de mayor tamaño en el Cerrado (716,000 hectáreas o 289,113 acres).
Una de las especies nuevas descubiertas en este área prioritaria para la conservación de la biodiversidad brasileña es un lagarto (género Bachia) que se asemeja a una serpiente. La ausencia de patas y un hocico muy puntiagudo le ayudan en la locomoción sobre la capa superficial del suelo predominantemente arenoso que ha sido formado por la erosión natural de los escarpes en Serra Geral. Un pájaro carpintero enano (género Picummus) y un sapo cornudo también figuran dentro de las nuevas especies.
"Es muy emocionante encontrar nuevas especies y datos sobre la riqueza, abundancia y distribución de la vida silvestre en una de las regiones más extensas, complejas y desconocidas del Cerrado", indicó el líder de la expedición, biólogo Cristiano Nogueira de Conservación Internacional (CI-Brasil). "Las áreas protegidas tales como la Estación Ecológica sirven de hogar para algunos de los últimos ecosistemas sanos que aún quedan en una región, cada vez más amenazada por el crecimiento urbano y la agricultura mecanizada".
Nueva especie de lagarto sin patas del género Bachia. (Foto: Conservation.org)
El equipo también registró varias especies en peligro de extinción tales como el guacamayo jacinto, el guazo (Blastocerus dichotomus), el armadillo de tres bandas (tatu-bola), el pato serreta brasileño y el tinamú enano entre más de 440 otras especies de vertebrados documentadas durante los 29 días de la expedición de campo.
Al integrar el 21 por ciento del territorio de Brasil, el Cerrado conforma la sabana arbolada más extensa en Suramérica. Grandes mamíferos, tales como el oso hormiguero gigante, el armadillo gigante, el jaguar y el aguará guazú luchan por sobrevivir en este hábitat de cambio tan acelerado que ahora también es conocido como el granero de Brasil.
"La distribución geográfica de algunas de las especies registradas se encuentra restringida al área de la estación ecológica, por lo tanto su supervivencia depende del buen manejo del área protegida y sus alrededores inmediatos", declaró Luís Fabio Silveira del Departamento de Zoología de la Universidad de São Paulo. "De este estudio podemos obtener datos con respecto a la anatomía, la biología reproductiva, el ciclo de vida y la distribución de las especies, lo cual nos ayuda en futuros programas de conservación".
Los resultados finales del estudio (que incluyen la descripción formal de las nuevas especies) serán utilizados para apoyar el desarrollo de un plan para la Estación Ecológica, la cual fue creada en el año 2001 y aún se encuentra en su etapa de establecimiento.
"Necesitamos conocer mejor nuestras áreas protegidas, especialmente las estaciones ecológicas cuyo objetivo principal es generar conocimiento científico sobre la biodiversidad brasileña la cual se encuentra tan pobremente estudiada y tan severamente amenazada. Desafortunadamente, extensas áreas del Cerrado, como la Estación Ecológica se están convirtiendo en algo cada vez más raro, haciendo que los datos recolectados sean aún más importantes. Por encima de todo, es necesario conocer para conservar", concluyó Nogueira.
Veintiséis investigadores de la Universidad de São Paulo y su Museo de Zoología, las universidades federales de São Carlos y Tocantins y CI-Brasil integraron la expedición, la cual fue parte de un proyecto financiado por la Fundación O Boticário para la Conservación de la Naturaleza, con el Apoyo de la ONG Pequi – Pesquisa e Conservação do Cerrado (Investigación y Conservación del Cerrado).