La gaviota tridáctila es una de las especies marinas más emblemáticas de las latitudes árticas y todo apunta a que el aumento de las temperaturas en el polo norte durante las próximas décadas tendrá un grave impacto sobre su población. Para entender las respuestas de la vida en el Ártico frente a estos cambios, un equipo internacional liderado por Thierry Boulinier (Centro de Ecología Funcional y Evolutiva, CNRS, Francia), en la que participa el profesorJacob González-Solís, del Departamento de Biología Animal y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la UB (IRBio), ha instalado varios instrumentos de seguimiento del movimiento en gaviotas de varias poblaciones del norte de Noruega.

El proyecto está financiado por el Instituto Polar Francés Paul Émile Victor (IPEV), el Instituto Noruego para la Investigación de la Naturaleza (NINA) y el Ministerio de Ciencia e Innovación español. En la investigación, el experto Víctor García, del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, ha participado en tareas de colocación de emisores vía satélite para el seguimiento de las aves.

La gaviota tridáctila, que puede invernar en las costas cantábricas y atlánticas de la península Ibérica, era considerada hasta ahora una especie dispersora. Por primera vez, la colocación de geolocalizadores y emisores vía satélite en estos pájaros ha revelado que las aves presentan múltiples estrategias migratorias y que, además, el hielo afecta a sus desplazamientos. Según los resultados, una vez finalizada la cría, todas las gaviotas se desplazaron al archipiélago ártico de las Svalbard y al este del mar de Bering para mudar las plumas y recuperarse del esfuerzo reproductor. Al cabo de dos meses, las aves invirtieron sólo nueve días para desplazarse al mar de Labrador, al oeste de Groenlandia. La mitad de las gaviotas pasaron todo el invierno en esta área pero la otra mitad se desplazó hasta el noreste atlántico, incluyendo la costa ibérica, hasta que en febrero se dirigieron de nuevo a las colonias de cría.

Con los datos contrastados por telemetría por satélite de los instrumentos de seguimiento y de la distribución del hielo ártico, los expertos han llegado a la conclusión de que las aves huían de las zonas con hielo. "Las gaviotas tridáctilas se concentran en las áreas sin hielo – explica González-Solís -. Si consideramos que la cantidad de hielo del Ártico disminuirá drásticamente en las próximas décadas, muy probablemente asistiremos a un desplazamiento de las áreas de invernada de la gaviota hacia el norte".

Los emisores por satélite también aportan información clave sobre los movimientos de los individuos entre subpoblaciones. "Los primeros resultados muestran que, tras un intento reproductor fallido, las gaviotas prospectan colonias de cría situadas a decenas de kilómetros, buscando unas mejores condiciones de cría", explica Boulinier. Estos movimientos prospectivos indican que los animales pueden responder a los cambios ambientales más rápidamente de lo que se pensaba.

Los emisores vía satélite también señalan la posición de áreas de especial interés para la conservación, donde las gaviotas se concentran en grandes cantidades para recuperarse del esfuerzo reproductor. Este año, el proyecto se ha ampliado con la instalación de instrumentos en varias colonias de cría, como el archipiélago de las Svalbard. En pocos años, se espera poder registrar los primeros cambios en la migración, la distribución y la dinámica poblacional de las gaviotas en respuesta al calentamiento global del planeta.



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