El clima seco influye en el crecimiento de las plantas que nacen al borde de las carreteras y caminos, en las zonas del sur y este de la Península Ibérica, según un estudio multidisciplinar del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de la Universidad Rey Juan Carlos I y de la Complutense de Madrid, publicado en el Journal of Vegetation Science , que recogió ayer el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
Así, por primera vez un equipo de científicos ha estudiado las características filogenéticas y evolutivas de las plantas que crecen en las pendientes (desmontes y taludes) junto a las carreteras de Estepona (Málaga), con un clima suave y relativamente húmedo, y en Requena (Valencia), de clima seco y continental.
Los investigadores concluyeron que las comunidades de Málaga y las de Valencia actúan de modo distinto en función del clima. Según el principal autor del estudio e investigador del CSIC, Fernando Valladares, en Málaga el clima es "favorable y la exclusión competitiva"( las especies de lento crecimiento son desplazada por las más competitivas), y en Valencia el proceso ecológico implicado en el ensamblaje de especies es el filtro ecológico , es decir, la capacidad de las especies de tolerar las condiciones ambientales adversas".
EL CLIMA ADVERSO FAVORECE LA COMUNIDAD VEGETAL
Por ello, el estudio sugiere que la gestión de comunidades en condiciones de clima adverso debe favorecer a las especies más tolerantes porque son las que a largo plazo constituirán la comunidad vegetal.
Por el contrario, en zonas de mejor clima es previsible que las especies más competitivas sean las que predominen. "Si se seleccionan bien estas especies competitivas se minimizan los efectos negativos sobre la biodiversidad", comentó. La información ecológica sobre estas comunidades es escasa y hasta ahora su gestión se ha hecho "a ciegas", aplicando criterios propios de otros países con climas no mediterráneos.