En virtud de este nuevo acuerdo, el Gobierno de La Rioja e Iberdrola invertirán este año un total de 58.913 euros, con aportaciones al cincuenta por ciento, para aplicar medidas correctoras que reduzcan o eliminen los efectos perjudiciales que las instalaciones aéreas de alta tensión causan en las aves. En el anterior acuerdo, que se desarrolló a lo largo de 2010 y 2011, se invirtieron alrededor de 127.000 euros en este tipo de actuaciones.
Las actuaciones se centran en los conocidos como “puntos negros”, aquellos lugares de la red eléctrica que registran mayores índices de mortalidad de aves según los estudios que viene realizando desde hace años la Dirección General de Medio Natural y los datos que recopilan a lo largo del año los Agentes Forestales y los técnicos de la administración medioambiental riojana.
En concreto, en 2013 se está actuando en el entorno de Calahorra, en la línea que va de Calahorra a Murillo; en la línea que discurre de Bergasa a Bergasillas Bajera y Bergasillas Somera; en una línea cercana a Alfaro, en el paraje de Granja Fría; en la derivación a Cenicero; así como en varios puntos de las líneas Quel-Rincón y Logroño-Nájera.
Los trabajos consisten, fundamentalmente, en la adopción de medidas para evitar la electrocución, como el aislamiento de cables, la colocación de cadenas suspendidas o la instalación de farolillos que eviten los puentes flojos dominantes, tan peligrosos para las aves.
En total, este año se van a corregir 63 apoyos
Las actuaciones recogidas en el convenio pretenden adaptar los tendidos eléctricos a las normas recogidas en el Decreto 32/1998, de 30 de abril, que estableció los requisitos y características técnicas que deben reunir las nuevas instalaciones eléctricas aéreas y los planes de reforma de las antiguas líneas para proteger a las aves. Hasta la fecha, la colaboración entre la empresa de distribución eléctrica y la administración medioambiental riojana ha permitido corregir más de 200 km de tendidos eléctricos en la región anteriores a la normativa.