Cultivo conjunto
Los cultivos de especies marinas para la alimentación de peces, animales domésticos o humanos han sido ampliamente estudiados y presentan un alto potencial comercial. Sin embargo, hasta el momento su comercialización no se ha popularizado debido a la dificultad en la gestión del cultivo, ya que habitualmente suele realizarse en tanques en tierra y su limpieza y mantenimiento supone un coste importante. Ahora, investigadores del Grupo de Biología Marina de la Universidad de Alicante han desarrollado una patente para el cultivo de dos especies marinas en un mismo recinto, que combina la preservación del medio ambiental con la rentabilidad empresarial.
Gambas de dos milímetros
El procedimiento diseñado se basa en el concepto de acuicultura multitrófica integrada para el cultivo de una especie principal con otras especies capaces de aprovechar sus residuos. La especie principal puede ser cualquier tipo de peces o moluscos de los habitualmente utilizados en acuicultura marina alimentados con pienso, y una segunda especie que corresponde al grupo de los anfípodos –pequeñas gambas de dos milímetros– que poseen un potencial de comercialización importante como alimento.
El sistema de cultivo de los anfípodos es muy sencillo. Se basa en ubicar una serie de estructuras en el exterior de las jaulas marinas con unas características determinadas. Los anfípodos se fijan de forma natural sobre estas estructuras y su población se desarrolla alimentándose de los excedentes de los piensos usados para alimentar a la especie principal.
Estas mini gambas forman parte de la dieta natural de peces de interés acuícola como la dorada y la lubina, y de especies de interés en acuariofilia como el pez mandarín o el caballito de mar, y sus valores nutricionales lo hacen un producto interesante como complemento, por ejemplo en omega 3. Por lo tanto, el producto puede ser comercializado como individuos para alimentación animal (acuariofilia, alimento para juveniles, o complementos para acuicultura de crustáceos) o ser procesado para utilizables para alimentación humana.
Especie adicional
Este sistema presenta múltiples ventajas. La más evidente es la rentabilidad que supone implementar el procedimiento en jaulas marinas ya que con una misma inversión e infraestructura se está criando una especie adicional reaprovechando los residuos existentes y diversificando la producción. Asimismo, no es necesario ampliar el volumen de alimento a utilizar ya que la segunda especie se alimenta de los residuos de la primera.
Además de conseguir generar un nuevo producto marino de alto valor nutricional y a un bajo coste que es apto para la alimentación de peces, animales domésticos y humanos, se minimiza el impacto ambiental porque se integra en el medio marino de una forma natural. En este sentido, el nuevo procedimiento puede implementarse en las jaulas convencionales incorporando unas adaptaciones mínimas.
Por otro lado, con la tecnología desarrollada por los investigadores de la UA se reduce el coste energético ya que, hasta ahora, las pruebas de cultivo de los anfípodos se han hecho en tanques en tierra que implican un considerable coste de mantenimiento, oxigenación y depuración del agua.