Durante los tres próximos años, fondos por un importe de 1.730 millones de euros apoyarán el proyecto de ese organismo policial mundial para luchar contra los delitos contra la vida silvestre en el marco del Consorcio Internacional para Combatir los Delitos contra la Vida Silvestre (ICCWC), que incluye también la Secretaría de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial de Aduanas (OMA).
Janez Potočnik, Comisario europeo de Medio Ambiente, ha declarado lo siguiente: “Hay pocos testigos de los delitos contra el medio ambiente, pero sus efectos son mundiales y los países en vías de desarrollo son los que suelen sufrir más por su causa. El aumento del tráfico en vida silvestre preocupa especialmente, con el comercio ilegal de marfil y cuernos de rinoceronte en sus niveles más altos en una década, mientras que también resultan afectadas otras especies en peligro, como el tigre o algunas de las maderas tropicales. Es una causa importante de la pérdida de biodiversidad y esta financiación contribuirá al cumplimiento de la ley y la cooperación internacional para hacer frente a este fenómeno inquietante. También debe crear un clima de confianza en nuestros socios y demostrar que vamos en serio en la lucha contra la pérdida de biodiversidad en todo el mundo”.
Según Ronald K. Noble, Secretario General de Interpol, “esta ayuda de la Comisión Europea contribuirá considerablemente a que Interpol y sus socios del ICCWC afronten más eficazmente el robo de los recursos naturales de algunos de los países más pobres del mundo y persigan a los delincuentes que se están haciendo millonarios gracias a este comercio ilegal. Solo se pueden conseguir resultados a través de la cooperación, e Interpol seguirá trabajando para combatir a escala mundial este problema que afecta a todas las zonas del planeta”.
El ICCWC, que se fundó en 2010, es el resultado de una colaboración que presta apoyo coordinado a las fuerzas de seguridad nacionales y a las redes regionales y subregionales en el ámbito de la vida silvestre para colaborar en la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad y fomentar una mejor gobernanza en materia de gestión de los recursos naturales de los países en vías de desarrollo.
El proyecto de lucha contra los delitos contra la vida silvestre tiene por objeto la capacitación a largo plazo, la mejora del intercambio de información internacional y la coordinación de los esfuerzos de cumplimiento de la ley mediante el apoyo a los poderes públicos de la administración competente en materia forestal y de vida silvestre de los países de origen, tránsito y consumo. A escala más amplia, también contribuirá a la mejora de la gobernanza y a la lucha contra la corrupción.
Entre sus actividades fundamentales se cuenta el análisis de las necesidades de capacidad, con el apoyo de asistencia técnica y financiera suministrada a los países en los que se detecten lagunas; desarrollo y alojamiento de programas de capacitación, incluidos materiales de formación, cursos y talleres, y despliegue de equipos de intervención ante incidentes para llevar a cabo medidas ejecutivas específicas en colaboración con los países en vías de desarrollo.
Dentro de sus esfuerzos de represión de los delitos contra la vida silvestre, la Comisión Europea también ha decidido destinar dos millones de euros a prolongar el Programa MIKE, un dispositivo único que controla y trata la caza furtiva de elefantes en todo el continente africano.
Contexto
Están disminuyendo de forma alarmante los recursos naturales y basados en la naturaleza del planeta, desde especies particulares hasta ecosistemas como los bosques, el agua dulce y los suelos. Esta pérdida de biodiversidad cuesta miles de millones a la economía mundial cada año, lo que va en detrimento de la economía, de las perspectivas de negocio y de las oportunidades de combatir la pobreza. Las tasas mundiales actuales de extinción de especies están ahora en cifras de cien a mil veces mayores que la tasa natural, debido principalmente a las actividades humanas, algunas de las cuales son ilegales.
La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) limita y, en algunos casos, prohíbe el comercio internacional de especies amenazadas y de sus productos derivados. La UE está trabajando para reforzar la CITES, que se aplica mediante la normativa de la Unión Europea. Son partes en la CITES 176 países. Esta convención regula el comercio internacional de unas 30.000 especies amenazadas de fauna y flora silvestres. Las conferencias de las partes en la CITES (CdP) se celebran cada tres años y la próxima reunión será en Bangkok en marzo de 2013.
El Sistema de supervisión de la matanza ilegal de elefantes de la CITES (MIKE) funciona desde 2001 y participan plenamente en el mismo los Gobiernos de 43 Estados africanos y asiáticos de origen, en los que MIKE controla los niveles de caza furtiva de elefantes en unos 85 lugares. Durante los cinco últimos años, el programa MIKE en África se ha acogido a una subvención de hasta 9.814.000 euros del décimo Fondo Europeo de Desarrollo. La Comisión Europea está finalizando una subvención más por un importe de dos millones de euros para velar por el mantenimiento del programa hasta el final de 2014.
El programa MIKE de la CITES ha documentado un incremento alarmante de los niveles de las matanzas ilegales de elefantes en toda África desde 2006, las cuales alcanzaron su máximo en 2011. Las pruebas aportadas han recabado la atención mundial sobre las amenazas que se ciernen en la actualidad sobre los elefantes y están impulsando las medidas para solucionar el problema a escala nacional e internacional. MIKE también ha servido para mejorar la cooperación entre los Estados de origen de los elefantes y ha promovido un nuevo entendimiento entre ellos, tal como demuestra el Plan de acción para el elefante africano, que han elaborado los Estados de origen en las reuniones sobre el elefante africano organizado bajo los auspicios del programa MIKE de la CITES y aprobado por unanimidad con ocasión de la decimoquinta reunión de la Conferencia de las partes en la CITES (Doha, 2010).