Las tres ONG reconocen este avance del Gobierno de Extremadura en la lucha contra este grave problema que afecta a la biodiversidad de la región, si bien apuntan la necesidad de que la Estrategia vaya acompañada de un Plan de Acción que permita su desarrollo, que será elaborado por la administración tal como se comprometió durante la reunión.
 
Medidas a incluir en la Estrategia

Durante la reunión las organizaciones conservacionistas han solicitado la inclusión en la estrategia de medidas indispensables como la recogida de los stocks de productos fitosanitarios cuyo uso y comercio están prohibidos pero que aún permanecen en muchas explotaciones a disposición de los envenenadores. Además, las ONG han exigido a la administración la inclusión de medidas administrativas a aplicar en caso de aparición de cebos o animales envenenados como son las medidas de carácter cautelar, las de recuperación de los ecosistemas afectados por el veneno o la adopción de reformas legales para establecer el deber de comunicar la aparición de cebos o animales envenenados por parte de los titulares de aprovechamientos cinegéticos y ganaderos de las fincas donde aparezcan. A su vez, SEO/BirdLife, WWF Ecologistas en Acción, reconocen el trabajo de la administración al incluir medidas como la especialización de agentes de medio ambiente en la investigación de este delito.
 
Tal como se ha acordado durante la reunión, las tres ONG esperan que la aprobación de la Estrategia Extremeña contra el veneno se haga realidad en los próximos meses y han mostrado su disposición para contribuir a la redacción de un documento efectivo que sirva para erradicar esta lacra de nuestros campos.
 
Situación del veneno en Extremadura

Extremadura es una de las comunidades autónomas con una grave incidencia de uso de cebos envenenados y una de las que alberga mayores poblaciones de rapaces amenazadas, como el buitre negro, el milano real, el alimoche y el águila imperial. Sólo en los últimos tres años se han detectado en Extremadura más de 130 casos de envenenamientos de especies amenazadas, siendo ésta una cifra muy inferior a la real, ya que, según los expertos, los ejemplares detectados no llegan ni a un 7% de los que han muerto, esto supondría más de 600 animales protegidos envenenados anualmente en Extremadura.
 
A pesar de ser ilegal y no efectivo, el veneno se sigue utilizando para eliminar depredadores, así como para el control de plagas agrícolas. La colocación de cebos envenenados es una práctica arraigada en nuestros campos, completamente ineficaz para los objetivos que persigue, además de un método masivo, no selectivo y cruento para la fauna. Por ello, está prohibido por la legislación nacional y autonómica y aparece tipificado como delito en el Código Penal. El veneno en el campo supone un riesgo para la salud pública, para el medio ambiente y para los animales domésticos.



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