En un artículo publicado en la edición de enero de la revista Zootaxa, científicos brasileños describieron cinco nuevas especies de ascidias, invertebrados marinos que, en su mayoría, forman colonias sumergidas permanentemente.
Cuando culmina su estadio larvario, estos animales se fijan sobre superficies tales como piedras, conchas y cascos de buques naufragados, y pierden la capacidad de locomoción. A partir de ese momento, la mejor protección que tienen contra los predadores es la producción de sustancias químicas.
Son estos compuestos naturales, sumados a la ampliación del conocimiento taxonómico sobre el grupo, los que atraen a los científicos, toda vez que pueden abrir el camino hacia la producción de nuevos medicamentos y pesticidas, entre otros productos.
Hasta ahora se habían descrito alrededor de 120 especies de ascidias a partir de ejemplares encontrados en Brasil. Las cinco nuevas especies fueron localizadas en la costa del estado de Bahía –y una de ellas también fue hallada en la costa del estado Espírito Santo– por un equipo del Departamento de Zoología de la Universidad Federal de Paraná (UFPR).
Para efectuar el análisis taxonómico de las muestras, los científicos contaron con el apoyo de la FAPESP a través del proyecto temático intitulado "Investigación del potencial biotecnológico y metabólico de organismos marinos para procesos de biorremediación y producción de sustancias con actividades antivirales, antileishmaniasis y antiinflamatorias", coordinado por Roberto Gomes de Souza Berlinck, docente del Instituto de Química de São Carlos de la Universidad de São Paulo.
“Aún durante la década de 1990, el profesor Gomes De Souza Berlinck entró en contacto con nosotros para que estableciéramos colaboraciones en busca de invertebrados marinos que pudiesen tener propiedades químicas interesantes. Existían algunos estudios con esponjas en esa línea. Pero nosotros ya nos enfocábamos en las ascidias, animales menos conocidos y con un buen potencial”, dijo Rosana Moreira da Rocha, investigadora de la UFPR y coordinadora de los estudios que resultaron en el artículo publicado en Zootaxa.
En el mundo se conocen alrededor de 3 mil especies de ascidias, y un 20% pertenece a la familia Didemnidae; tal es el caso de los ejemplares hallados en el litoral brasileño.
De las cinco nuevas especies, cuatro son del género Didemnum (D. aurantium, D. flammacolor, D. lambertae y D. longigaster) y una del género Diplosoma (D. citrinum); esta última también fue encontrada en el estado de Espírito Santo.
“Los miembros de la familia Didemnidae en general son prometedores en términos de compuestos químicos, que éstos usan como única forma de defensa contra los predadores”, explicó Moreira da Rocha.
“Se han explotado internacionalmente contra el cáncer moléculas exóticas, obtenidas con base en investigaciones con esos animales. Sin embargo, los ensayos preclínicos muchas veces se abortan debido a la alta toxicidad de las especies, cuyas sustancias son capaces de eliminar células cancerígenas, pero destruyen también las sanas. Las pruebas ahora se dirigen hacia blancos distintos y más diversificados, tales como el Parkinson, el Alzheimer, la leishmaniasis y el paludismo”, dijo.
Específicamente sobre las ascidias, la investigadora cree que aún existe mucho por descubrirse en territorio brasileño, toda vez que regiones extensas de la costa aún no han sido exploradas por investigadores interesados en este grupo.
“Nuestro litoral posee aguas con pocos nutrientes en comparación con la costa del Océano Pacífico, por ejemplo. De todos modos, la tendencia apunta a seguir hallando especies nuevas”, dijo.
Expediciones y análisis
El estado de Bahía fue el elegido por los científicos de la UFPR por razones logísticas (una colaboración con la Universidad Federal de Bahía tornó factible el apoyo necesario) y por el mar rico en biodiversidad de la zona.
También con el apoyo de la FAPESP, los buceos se concretaron en 2004 y el 2007, en profundidades de hasta 15 metros.
Los lugares visitados fueron:
- Los arrecifes situados a poca profundidad a orillas de la ciudad de Salvador y en la entrada de Baía de Todos os Santos (BTS) –Ondina, Porto da Barra, Boião da Barra y Iate Clube–
- Zonas más internas de BTS (Canal Madre Deus)
- Restos del buque naufragado Germania
- Estructuras artificiales (Quebramar Norte y Quebramar Sul).
“Fotografiamos las colonias in situ y recolectado ejemplares con y sin remoción del sustrato. Luego colocamos las muestras en mentol diluido en agua de mar durante alrededor de dos horas. Sucede que las ascidias tienen bastante musculatura. Si los músculos no se relajan mediante la acción del mentol, el material se transforma en un tejido compacto y es imposible analizarlo”, comentó Moreira da Rocha.
El siguiente paso consistió en fijar a las ascidias en formalina (formol) y agregarles un colorante para que la transparencia característica de los zooides (los individuos de las colonias), cada uno de alrededor de 1 milímetro, no perjudicase las observaciones en el microscopio.
“Las colonias están formadas por un tejido común, que comprende grupos de individuos y a veces cuenta con una pigmentación que dota al conjunto de una apariencia colorida: roja, amarilla o anaranjada, por ejemplo. Pero adentro, cada zooide es independiente –filtra su propia agua, respira, se reproduce– y transparente. Este pequeño animal es el que tenemos de diseccionar e identificar”, dijo.
De acuerdo con la investigadora, resulta esencial que las ascidias se encuentren en su período reproductivo cuando se las recolecta. “No llega a ser una convención, pero se sabe que las gónadas son las estructuras que más caracterizan a cada especie, y que efectivamente diferencian a unas de otras”, dijo.
La clasificación taxonómica se concretó en el transcurso de los años, seguida del depósito de muestras de las nuevas especies en el Museo de Zoología de la USP, que concentra una de las colecciones brasileñas de ascidias, y en el Departamento de Zoología de la UFPR.
“Asimismo, se compartió el material con el equipo del profesor Berlinck, quien trabaja en la extracción de las químicas y después las enviará para la realización de pruebas destinadas a evaluar el potencial de los compuestos para su uso industrial”, dijo Moreira da Rocha.
En caso de que surja interés por parte de alguna sustancia en particular, la investigadora explica que la intención no es obtenerla directamente a partir de las propias ascidias. “Estamos abocados a la búsqueda de modelos. Cuando los bioquímicos logran entender la estructura de una determinada molécula, la próxima etapa consiste en sintetizarla, imitando su química y, de este modo, sus efectos fisiológicos”, dijo la investigadora.
Otros puntos de recolección
Una o dos veces por año, el equipo de la UFPR selecciona un lugar con el objetivo de realizar allí buceos consecutivos durante una semana, a los efectos de realizar nuevos mapeos de la biodiversidad de las ascidias.
Se han estudiados lugares de la costa del estado de São Paulo en colaboración con el Centro de Biología Marina (CEBIMar/ USP); en Río de Janeiro, junto a la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ), y en el propio estado de Paraná, donde existen investigaciones en marcha.
“Sabemos también que hay grupos que bucean y se dedican a hacer mapeos de la fauna en los estados de Paraíba, de Ceará y de Pernambuco. Por ende, apostamos a que surjan muchas novedades en el nordeste en los próximos años”, previó Moreira da Rocha.
Recolecciones realizadas en 2012 en Ilha Escalvada, estado de Espírito Santo, en colaboración con la Universidad Vila Velha (UVV), resultaron en la localización de un ejemplar de Diplosoma citrinum, citado en el artículo de Zootaxa junto con el ejemplar hallado en el litoral de Bahía. “A medida que vamos identificando especies con una distribución un poco mayor, juntamos sus apariciones y las publicamos en un solo trabajo, señalando el territorio que abarcan”, dijo Moreira da Rocha.
Antes de los nuevos hallazgos, los estados de Bahía y Espírito Santo ya eran –cada uno de ellos– el origen de 11 especies de ascidias descritas.