Estas acciones, que han desembocado con la incautación de 120 kg de pijotas y 1.200 kg de boquerón inmaduro en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), demuestran el creciente interés por la conservación de los recursos pesqueros en dicha comunidad autónoma.
En los últimos días la Guardia Civil (Seprona) e Inspección Pesquera han realizado acciones conjuntas en Sevilla y Cádiz para el control del comercio ilegal de inmaduros; además la policía local en Málaga ha desarrollado también intervenciones en este sentido. La presión que los cuerpos de seguridad deben ejercer sobre esta actividad ilícita ha de ser constante, ya que en puertos como el de Sanlúcar y en las costas malagueñas no cesa la pesca de individuos de tallas pequeñas pese a las continuas sanciones.
La pesca de inmaduros es una de las lacras más arraigadas en el sector pesquero andaluz. Si bien se ha avanzado en este campo, los servicios de vigilancia continúan incautándose de cargamentos de especies capturadas con tallas ilegales. Los impactos que conlleva esta pesquería de inmaduros incluyen una pérdida de reclutamiento y fuertes disminuciones en la población, lo que desemboca en un riesgo para la especie. Además, hipotecan las capturas venideras y la pesquería que depende de ellas.