Un equipo de investigadores de los departamentos de Botánica y de Biología Celular y Ecología de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) estudian las variaciones de tamaño de los frutos en plantas dispersadas por las aves a través de su alimentación.
Precisamente, se centran en el fruto del espino blanco, desde el norte de Escocia hasta el sur de la península, en colaboración con expertos de la Universidad de Vigo y de la Estación Biológica de Doñana. La elección se debe a que es un alimento habitual de los pájaros, puesto que les aporta «una gran cantidad de nutrientes».
De este modo, las aves que se alimentan de este fruto, llevan consigo su semilla y la dispersan lejos de la planta; por lo que el equipo tratará de avanzar en el conocimiento de la biología evolutiva de las plantas. En este contexto, están estudiando el tamaño de los frutos, puesto que constituye «uno de los factores de elección» y «el único carácter para el que se tiene citado una alta heredabilidad».
No obstante, según indicaron en un comunicado, los estudios realizados sobre el papel de esta variable se centran en las presiones selectivas ejercidas sobre su media, sin tener en cuenta su variabilidad y la forma de su distribución dentro del árbol y entre el resto de la vegetación.
«Pretendemos comprobar, entre otros aspectos, si las aves tienen preferencia por los frutos más grandes o por los más pequeños», explicó el coordinador del proyecto, Pablo Guitián, quien añadió que esta constatación «repercutirá en la evolución del tamaño de los frutos en otros lugares y también a lo largo del tiempo».
Además de lo anterior, este equipo analizará genéticamente las muestras de las que disponen, con el fin de comprobar si existe un patrón común entre frutos de lugares diferentes, puesto que «tendrá un gran interés biológico, de cara a avanzar en el mejor conocimiento del funcionamiento de los ecosistemas, en particular, de la relación entre los animales y las plantas de las que se alimentan».