El trabajo, realizado en fincas privadas de la provincia sudafricana de KwaZulú Natal durante agosto de 2012, saldrá publicado en el próximo número la revista PLOS ONE.
Mediante cámaras fotográficas y de vídeo en alta resolución, así como otra de vídeo de espectro térmico para trabajar por la noche, las aeronaves, de menos de 2 metros de envergadura, permitieron a los investigadores localizar a los rinocerontes, detectar intrusiones de personas y monitorizar las vallas por las que acceden los furtivos a las fincas. El estudio analiza los factores que afectan a la eficacia del sistema, como el tipo de vegetación, las horas del día y la altura de vuelo y también recogen sus limitaciones, y concluye con propuestas para optimizar su manejo.
“Este trabajo demuestra que los aviones no tripulados pueden funcionar como una herramienta útil para la vigilancia de áreas sensibles, especialmente las de difícil acceso, como apoyo en las operaciones contra el furtivismo y como método complementario para la investigación de la ecología de los rinocerontes”, explica Margarita Mulero‐Pázmány, de la Estación Biológica de Doñana del CSIC.
Localización de furtivos a través de avion no tripulado./ @CSIC
Gracias a su tamaño, estas aeronaves sólo requieren de una pequeña zona libre de vegetación para despegar y aterrizar, con lo que su despliegue puede ser inmediato. El coste económico es reducido y el manejo es sencillo, y al ser aparatos eléctricos pueden ser empleados sin molestar a la fauna y sin que sean detectadas por los furtivos.
Especies vulnerables
Sudáfrica cuenta con el 83% de la población mundial de rinocerontes y es además el país con el mayor índice de caza furtiva, casi mil individuos muertos en 2013. Según el estudio, el furtivismo es la principal amenaza para la conservación de las dos especies de rinoceronte que viven en África: el rinoceronte blanco (Ceratotherium simum) y el negro (Diceros bicornis), clasificados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como casi amenazado el primero, y en peligro crítico el segundo.
Ambas especies estuvieron al borde de la extinción durante la década de los noventa. “El consumo de sus cuernos como medicina tradicional, principalmente en los países asiáticos, es la causa principal de la caza furtiva. Debido a la alta demanda y la naturaleza ilegal de su comercio, los precios que alcanzan en el mercado negro son muy elevados, lo cual constituye una tentación para los sectores más desfavorecidos de la población que pueden obtener por un cuerno el equivalente a varios años de salario”, añade Mulero‐Pázmány.
El trabajo se desarrolló en colaboración con el Center for Wildlife Management de la Universidad de Pretoria y el Council for Scientific and Industrial Research de Sudáfrica.