Investigadores de la Universidad de Segovia y de la Universidad de León han demostrado, “por primera vez”, la “estrecha relación” espacio-temporal entre la presencia del buitre leonado y la de ganado ovino trashumante en los puertos de montaña, según fuentes del SINC.
Alimento para 750 buitres
Los científicos señalan que la comida aportada por la actividad trashumante en la cordillera Cantábrica “podría mantener hasta 750 buitres durante los casi seis meses que el ganado trashumante pasta en los puertos de montaña”. Además, recuerdan que esta práctica ganadera fue durante siglos, la base de la economía española gracias a la mercado de la lana. Pero advierten de que “se ha reducido en algunos lugares de España hasta un 80%”.
Vacas muertas: fuente de alimentación
En el estudio, que recoge datos desde 1989 hasta la actualidad, e incluye 85 entrevistas a pastores, la conducta del buitre leonado se describe así: “Selecciona dormideros estivales ubicados en puertos usados sobre todo por ganado ovino (ovejas), y responde con rapidez a los cambios de uso de los puertos por este ganado”. Sin embargo, los biólogos aseguran que el número de buitres depende más del número de cabezas de bovino o vacuno (vacas), por la gran cantidad de comida que aporta cada vaca muerta.
Normativa europea
En relación a la muerte de estos animales durante la trashumancia, la normativa sanitaria europea destinada al control de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) o “mal de las vacas locas” obliga a retirar del campo todos los cadáveres de ganado, lo que se ha traducido en una importante escasez de comida para las aves carroñeras en España, con diversas consecuencias en su conservación.
A pesar de esta norma, Pedro P. Olea, investigador del Instituto de Empresa (IE) de la Universidad de Segovia, y Patricia Mateo-Tomás, investigadora en la Universidad de León, matizan la situación e indican que “en áreas de montaña con ganadería extensiva (como la trashumante durante su estancia en los puertos de verano)”, la recogida de cadáveres de ganado “resulta impracticable”. Esto da lugar a un “importante recurso trófico para los buitres en un mundo moderno”, ya que “más del 90% de los animales muertos queda a disposición de ellos”.
Incremento de la comida para los buitres
Según los científicos, la presencia de ganado trashumante en la cordillera Cantábrica incrementa entre 1,5 y 6 veces la comida disponible respecto a lo aportado por el ganado local. “Esta práctica ganadera no sólo constituye un importante recurso trófico para el buitre leonado, sino que también puede serlo para otros carroñeros facultativos como el oso pardo y el lobo”, aseguran Olea y Mateo-Tomás.
Aquellas personas que estén interesadas en produndizar en este estudio, puede hacerlo visitando la revista Biological Conservation, lugar donde se ha publicado.