Es un anfibio y se encuentra documentado como el primer caso de extinción cuya causa es el calentamiento global. Nos referimos al Sapo Dorado de Costa Rica.
El sapo dorado o sapo de Monteverde (incilius periglenes) era una especie de anfibio anuro que vivía en unos pocos lugares de Costa Rica, en América Central.
Fueron descritos por primera vez en 1966 por el herpetólogo Jay Savage
El hecho de que los anfibios tengan la piel húmeda y que pasen los primeros estadios de su vida en el agua hace que estos animales sean muy vulnerables a los cambios en sus hábitats.
Este anfibio de color naranja fluorescente se podía observar a millares en las charcas de lo que se conoce como Bosque Nuboso de Monteverde (Costa Rica), un reducto a gran altitud de unos 10 Km2 de extensión.
Se sabe muy poco acerca de su comportamiento: se cree que vivían bajo tierra, ya que no se podían observar durante la mayor parte del año. Por el contrario, su presencia era notoria durante su época de apareamiento, la cual duraba aproximadamente una semana, en abril, después de la temporada seca. Cuando el bosque se vuelve más húmedo, los machos se reunían en charcos en gran número a la espera de las hembras. Los machos luchaban entre sí por la oportunidad de apareamiento hasta el final de la temporada de reproducción, tras lo cual volvían a ocultarse. Dejaban los huevos en charcos temporales, en sacos, con un promedio de 228 huevos y se convertían en renacuajos dos meses después de ser depositados
Las primera señal de peligro fue dada por expertos medioambientales en 1987, cuando se pudo observar que después de los cortejos reproductivos los huevos eran abandonados a causa de la desecación de las charcas del bosque.
Ese año se pudo contabilizar que menos de 30 huevos sobrevivieron a la primera semana, mientras unos 43.000 se secaron y pudrieron. Al año siguiente, este mismo equipo de investigación encontró un único huevo. Era macho. Al año siguiente, a mediados de 1989, fue la última vez que se pudo ver un sapo dorado.
Está clasificada por la IUCN como especie extinguida desde 2004
La causa de la muerte masiva de estos animales parece haber sido el levantamiento generalizado de la niebla que penetra en este bosque y que proporciona pequeñas gotas de agua que evitan que se caliente la montaña. En pocas palabras, las nubes ascendieron por encima del bosque y esto provocó que se secaran las charcas donde desovaban los sapos dorados.
El sapo dorado puede haber sido el primero pero no es el único anfibio que se ha extinguido a causa de la subida de temperatura. Es conocido que las poblaciones de ranas han caído notablemente en los trópicos, y más de las 100 de las 110 especies de rana arlequín tropicales americanas han desaparecido, incluso en bosques aparentemente vírgenes y alejados de poblaciones humanas.
Nadie sabe exactamente por qué. Algunos investigadores apuntan al hongo quítrido que puede atacar específicamente a este tipo de animales. También se culpan a enfermedades no identificadas.
Pero en una cuestión coinciden todos: el aumento de las temperaturas es el factor común la oleada de extinciones, bien porque contribuye a la propagación de las nuevas enfermedades, bien porque causa estrés en las poblaciones de estos animales y las vuelve más vulnerables.