Las plantas invasoras florecen en climas nuevos
El estudio, realizado por Jacob Barney, profesor asociado en el Departamento de Fitopatología, Fisiología y Ciencias de la Maleza de la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida, y Dan Atwater, profesor del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, destalla en un artículo que se publica en Nature Ecology and Evolution.
"Esto es importante para cambiar la forma en que pensamos sobre las especies y dónde crecen", afirma Barney. "Los hallazgos también cambian nuestra capacidad para predecir dónde crecerán y cómo pueden responder en un clima cambiante. Esto podría cambiar las reglas del juego acerca de la evaluación del riesgo y la conservación de las especies invasoras", añade.
Atwater usó datos recopilados por la estudiante Carissa Ervine, también autora del análisis, para probar una suposición largamente sostenida en ecología: que las limitaciones climáticas de las plantas no cambian, lo que significa que podemos predecir dónde crecerán. Pequeños estudios apoyaron esta suposición; pero los investigadores de Virginia Tech rechazaron esta idea estudiando más de 800 especies usando nuevos modelos desarrollados por Atwater y Barney.
"Algunas personas dirían que las especies invasoras tienen distribuciones diferentes en un clima nuevo. Pero descubrimos que están ocupando un rango más amplio en climas nuevos -detalla Atwater-. Las especies están cambiando en su ecología cuando se mueven de un continente a otro. Debemos esperar que las especies cambien, posiblemente permanentemente, cuando cruzan continente".
Un desafío para la investigación y la gestión
Los resultados tienen importantes consecuencias para la aplicación de modelos de nicho ambiental para evaluar el riesgo de las especies invasoras y para predecir las respuestas de las especies al cambio climático. Las especies capaces de cambiar su ecología y los climas que consideran su hogar pueden suponer un desafío para los investigadores que utilizan datos de rango nativo para pronosticar la distribución de especies invasoras.
Barney y Atwater examinaron 815 especies de plantas terrestres de todos los continentes, junto con millones de puntos de ocurrencia, o lugares donde se sabe que se encuentran las plantas, y compararon modelos en lo que consideran que es el estudio más grande de especies invasoras a la fecha. Encontraron evidencia de cambios climáticos de nicho en todas las 815 especies de plantas introducidas en los cinco continentes. Un nicho climático se refiere al conjunto de climas en los que una especie tiene una población estable o en crecimiento.