Con anterioridad los ejemplares habían sido rescatados de nidos ubicados en terrenos agrícolas de cultivos de cereales
Un total de 165 pollos de aguilucho cenizo han sido devueltos al medio natural tras ser tratados en el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) ‘San Jerónimo de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, en Sevilla. Estos ejemplares habían sido rescatados con anterioridad de nidos con huevos o crías muy pequeñas que peligraban con las actividades agrícolas que se estaba realizando en los terrenos en los que se ubicaban, en concreto la recolección mecanizada de la cosecha de cereales.
Una vez en el CREA tanto los pollos nacidos tras eclosionar los huevos como los recogidos de los nidos fueron alimentados y cuidados hasta su independencia, con requerimientos muy precisos de alimentos, temperatura o humedad. Cabe destacar que este año las altas temperaturas de primavera han hecho madurar muy pronto los cultivos de cereales, lo que ha provocado que al llevar las tareas de recolección la mayoría estuvieran todavía con huevos o crías, los cuales en la mayoría de las ocasiones se recogieron y trasladaron al centro de San Jerónimo para su recuperación.
El sistema elegido por la Consejería para la suelta de los ejemplares liberados al medio natural ha sido el de la cría campestre o hacking, una técnica originalmente utilizada en cetrería, para conseguir que las aves asimilen el área de la suelta como su lugar de nacimiento y, por tanto, regresen a ella para asentarse y reproducirse.
Una especie vulnerable
El aguilucho cenizo es una rapaz de pequeño tamaño que visita la península ibérica para reproducirse, seleccionando principalmente los cultivos de cereal para su actividad. Este hecho es una de las mayores causas de mortalidad por acción indirecta del hombre, debido a la recolección mecanizada de la cosecha de cereales de periodos cortos que ocasiona la pérdida de algunos nidos de la especie.
El Programa de actuaciones para la conservación del aguilucho cenizo en Andalucía, puesto en marcha en 2004 por la Junta y cofinanciado por la Unión Europea, ha logrado que las poblaciones de esta especie se estabilicen e incluso tengan un moderado crecimiento en nuestra región. Esta rapaz se distribuye de forma continua en el valle del Guadalquivir, utilizando los cultivos de cereal como principal hábitat de cría, localizándose las mayores densidades en la provincia de Jaén, en la zona occidental de la provincia de Sevilla y en la oriental de Huelva. También se han detectado grandes concentraciones en el área septentrional de Málaga y Cádiz y en gran parte de la franja litoral gaditana.
Las acciones previstas en el marco del plan para la conservación de la especie pasan por seguimiento de la población, manejo de nidos y retirada momentánea de la pollada mientras se cosecha la parcela. Esta iniciativa contempla también otras medidas como el arrendamiento de terrenos, seguros para retrasar la cosecha, compra de cosecha antes de que se coja, acuerdos con particulares para el manejo del cultivo, control de la depredación y campañas de sensibilización dirigidas especialmente a agricultores para que participen en acciones de buenas prácticas agrícolas.
Este programa de actuaciones es una herramienta imprescindible para mantener y conservar las poblaciones de esta especie en la región, ya que las principales causas de fracaso reproductivo están relacionadas con la destrucción de nidos al ser atropellados por cosechadoras y la depredación de los mismos.
Conservación aves esteparias
Esta iniciativa se enmarca en el Plan de Conservación de Aves Esteparias, puesto en marcha en 2004 por la Junta para preservar las poblaciones de estas especies. Andalucía alberga en la actualidad 25 especies diferentes de aves esteparias, de las cuales 15 están amenazadas, entre ellas, la avutarda, catalogada en peligro de extinción, es la más amenazada, seguida de la alondra de dupont o ricotí y el aguilucho cenizo, vulnerables a la extinción.
Estas aves tienen su hábitat natural en las estepas y campiñas de la Comunidad, superficies llanas o levemente onduladas sin apenas arbolado y con predominio de cultivos herbáceos, especialmente cereales, La conservación y mejora de estos espacios es esencial para garantizar la preservación de estas especies, por ello, uno de los pilares básicos en el programa de conservación de las esteparias es contar con el compromiso y apoyo de los agricultores, ganaderos y propietario de fincas para la mejora de estos espacios en general, y de las condiciones de vida de estas aves en particular.
En este sentido, el objetivo de la administración es trabajar de forma conjunta por una agricultura sostenible que garantice la conservación de la biodiversidad con el aprovechamiento económico.