Un grupo de 25 guacamayas rojas o escarlata (Ara macao cyanoptera), criado en cautiverio, fue liberado hoy, en compañía de 10 "guías" de anteriores parvadas, en lo que fue el quinto proceso de este tipo en la zona selvática de Palenque.
El proyecto, que de 2013 a la fecha ha permitido incrementar en 24 por ciento el número de ejemplares en libertad en México, tiene prevista una sexta reincorporación de 40 especímenes en mayo próximo y para el año siguiente reinsertar un total de 200.
La tarea de reproducción de la guacamaya roja, que todavía en los años 70 del siglo pasado habitaba en seis estados de la República (Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Chiapas y Oaxaca), es una iniciativa en la que sumaron esfuerzos tres instituciones.
Estas son el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del especialista Alejandro Estrada, el parque ecológico Aluxes de Palenque y su similar Xcaret, en Quintana Roo, donde están los criaderos de estas aves.
Además, cuenta con el apoyo y la participación de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Esta especie se extinguió de la zona debido, sobre todo, a su persecución para el comercio ilegal y por la destrucción de las selvas tropicales húmedas, su hábitat natural. Sobreviven naturalmente en dos zonas: la Selva Lacandona y la región de los Chimalapas, en la frontera de Chiapas y Oaxaca.
Ahora se le reintroduce en la región de Palenque, con miras a, en el largo plazo, crear nuevas zonas de liberación con dirección hacia la Selva Lacandona, a través de la reserva de Montes Azules, de manera que posteriormente se ligue este corredor a Los Chimalapas.
Se realiza previamente un proceso de adaptación de la guacamaya roja
Para su reinserción en Palenque, último reducto de las selvas tropicales en el norte de Chiapas, se realiza previamente un proceso de adaptación de la guacamaya roja, que empieza luego de que ejemplares jóvenes son recibidos en los Aluxes, procedentes del criadero de Xcaret.
En el parque ecológico de Palenque son colocados en una jaula que tiene un diseño especial en forma de "J", que permite el vuelo y planeo del ave, lo que es importante para su mejor adaptación a la vida natural y su supervivencia, explicó en entrevista el biólogo Alejandro Estrada, responsable del proyecto científico.
Añadió que en este espacio pasan de dos a tres meses antes de su liberación, cautiverio en el que además de ver por su salud, se les da un entrenamiento para que se puedan alimentar en la naturaleza, reconocer depredadores; se fortalezcan físicamente y en su vuelo, así como en su sociabilización y tolerancia con otras aves de la misma especie.
Por ello, la jaula, que mide 30 metros de largo, por siete de largo y seis de alto, cuentan con nidos artificiales, comederos a los que tienen que bajar volando dos veces al día y convivir y tolerar a las demás especímenes, así como sub jaula de preliberación, donde se les coloca un día antes de su reinserción.
En esta quinta liberación de guacamaya roja fueron soltados 25 nuevos ejemplares, acompañados por 10 aves de los anteriores procesos, que les sirvieron de guía.
Lo anterior, toda vez que el plan diseñado establece que desde la primera liberación las compuertas de la sub jaula se dejan abiertas para que vuelvan dos veces al día a comer. En este proceso, unos días antes de soltar al grupo, aves liberadas y en cautiverio conviven.
Este mismo proceso, posible porque estas aves no se dispersan mucho, permite al mismo tiempo un monitoreo muy cercano y preciso sobre su proceso de adaptación al medio, de cuidarse ellas mismas, alimentarse y desarrollar su vuelo natural.
Realizan monitoreo a guacamayas
Para este monitoreo, las guacamayas cuentan con una numeración pintada en sus picos, anillos autorizados por la Semarnat en las patas, microchips subcutáneos y seis de ellas tienen radiocollares, y el seguimiento se realiza por telemetría e incluso satelital.
Personal que trabaja en el proyecto de reinserción se encarga de llevar esta bitácora, apoyado por personas de las comunidades de la región que las avistan e informan a los responsables del proyecto, continuó el biólogo de la UNAM.
El proceso en el que los nuevos ejemplares son reintroducidos en la selva acompañadas por otras guacamayas pertenecientes a los grupos anteriores es muy importante, porque son ellas quienes las "motivan" a volar, les enseñan las rutas y, sobre todo, los árboles donde pueden encontrar descanso y comida, destacó.
Explicó que durante su cautiverio las aves son alimentadas dos veces al día, una a las nueve de la mañana y la otra a las tres de la tarde, y se les llama mediante un silbato, del cual reconocen lo que su sonido significa. Además, se les cuelgan ramas con frutos que comen en la naturaleza, para que aprendan a identificarlos.
Las aves después de estar en cautiverio, emprenden su vuelo
Pero una vez liberadas, las compuertas de la sub jaula permanecen abiertas y cuando escuchan el silbato entren en ella, donde se les da un suplemento alimenticio, no alimentación completa, pues la idea es que aprendan a alimentarse por sí solas en la naturaleza, precisó.
Con las aves liberadas en los anteriores procesos, la adaptación al hábitat natural es más fácil y rápido para los nuevos ejemplares, si se les compara con la primera camada, comentó al destacar que hasta ahora el porcentaje de reinserción exitoso, es decir que no se pierdan o mueran aves, es de casi el ciento por ciento.
Apuntó que han existido ocasiones en las que no todas las aves liberadas salen en la primera apertura de compuertas, dos o tres suelen quedarse, pero como sigue abriéndose la jaula para que regresen a comer las recién soltadas, a los siguientes días lo hacen.
La guacamaya roja o escarlata llega a pesar un kilogramo, medir entre 85 y 96 centímetros, vivir hasta 70 años en cautiverio y unos 50 en la naturaleza, y su etapa reproductiva empieza a los cuatro años o poco más.
Las aves son monógamas, por lo que las liberadas en los cinco grupos hasta ahora no se han reproducido todavía, por ser jóvenes y no han llegado a esa etapa de su vida, acotó.
La guacamaya roja se reproduce cada dos años, ponen un promedio de tres huevos, de los cuales la supervivencia estándar es de uno y medio a dos. Los polluelos viven dentro del nido unos dos meses y medio y con los padres hasta un año y medio o dos.