Un equipo de investigación multidisciplinar formado por investigadores rusos y españoles, en el que ha participado una investigadora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Montes, Forestal y del Medio Natural de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), ha analizado los patrones de los anillos de crecimiento en grosor de diferentes especies de coníferas en España y en Siberia (Rusia).
El estudio ha comprobado que existe en ambos lugares un incremento de la sincronía espacial en dichos patrones, lo que representa una señal de alerta de los impactos del calentamiento climático en los ecosistemas forestales a escala subcontinental.
Los bosques desempeñan un papel clave en el balance de carbono en los ecosistemas terrestres. Una de las principales incertidumbres en las predicciones del cambio climático se centra en cómo las dinámicas espacio-temporales de la productividad forestal se verán afectadas por el calentamiento global.
Por fortuna, existe un tipo de archivos de alta resolución de las respuestas biológicas al impacto del cambio climático: las secuencias de anillos de crecimiento de los árboles.
El concepto de sincronía espacial en el crecimiento de los árboles se refiere a coincidencias de los cambios entre poblaciones de árboles geográficamente disjuntas.
Como explica Mar Génova, investigadora de la UPM, “en el estudio realizado se quería comprobar si este fenómeno era local o más bien se extiende sobre grandes regiones a escala subcontinental.
Para este fin se seleccionaron dos ecosistemas terrestres muy contrastados: la taiga extremadamente fría de Siberia continental y los comparativamente cálidos y secos bosques mediterráneos montanos”.
Se utilizaron 93 cronologías de anillos de crecimiento de seis especies diferentes de coníferas: 45 cronologías procedentes de Siberia central y 48 de diversos sistemas montañosos ibéricos.
Para afrontar el tratamiento de este enorme volumen de datos se ha desarrollado un nuevo marco metodológico, capaz de hacer frente a grandes conjuntos de secuencias de anchura de anillos que se remontan en el tiempo a varios siglos.
Estos nuevos métodos han permitido demostrar que la sincronía entre los patrones de crecimiento en bosques de coníferas (cuyo principal factor limitante es, en el caso de la taiga, el frío, y, en el caso de los bosques mediterráneos, la sequía) se ha ido incrementando en los últimos 120 años hasta un punto máximo a principios del siglo XXI.
Esta coherencia sin precedentes en el pasado reciente, a gran escala geográfica, indica que la sincronía del crecimiento entre bosques alejados hasta casi 1.000 kilómetros es muy similar a la de los árboles que habitan en una misma masa forestal.
Este crecimiento más sincrónico de los bosques provocado por el calentamiento climático es un fenómeno global, pero los mecanismos particulares que actúan en cada caso son regionalmente dependientes.
En particular, están relacionados con el aumento de estrés por sequía a finales de la primavera en España y con un mayor impacto de las fluctuaciones interanuales de las temperaturas de verano en Siberia. Además, todo ello se relaciona con un inicio más temprano de la formación de la madera, que se ha demostrado que está inducido por un clima más cálido.
El incremento de la sincronía en el crecimiento en grosor puede ser útil para establecer umbrales climáticos para la supervivencia de los árboles y poder anticipar fenómenos de decaimientos forestales locales y regionales.