Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay más de 200 millones de personas infectadas de malaria, la mayoría de ellas en África. Cada 30 segundos muere un niño a causa de la malaria.

"La malaria es una enfermedad mortal que afecta a millones de personas de todo el mundo y la responsable de una de cada cinco muertes entre los niños de África. Sabemos que la mejor forma de reducir el número de personas que contraen la malaria es controlar a los mosquitos portadores de la enfermedad", explica George Christophides, uno de los investigadores principales e investigador en el departamento de Biología Molecular y Celular del Imperial College de Londres (Reino Unido).

Para controlar a los mosquitos portadores de malaria, comprender la estructura genética de éstos al evolucionar tan rápido, y encontrar nuevas formas de evitar contagios a humanos, el equipo internacional de científicos se ha centrado en dos variedades físicamente idénticas del mosquito Anopheles gambiae, el principal responsable de las transmisiones de malaria en el África subsahariana.

Especies diferentes

Sin embargo, el nuevo estudio, que se publica en Science, demuestra que sus diferencias genéticas "son tales que parecen estar convirtiéndose en especies diferentes". Para los científicos, "los esfuerzos para controlar la población de mosquitos pueden ser efectivos en una de las variedades pero no en la otra".

Por ello, los nuevos métodos para controlar los mosquitos de la malaria, como por ejemplo la creación de insecticidas o el intento de influir en su capacidad de reproducción, "tienen que asegurarse de que sean efectivos en ambas variedades", declaran los investigadores.

"A partir de nuestros estudios, podemos determinar que los mosquitos evolucionan más rápido de lo que pensábamos y que, desgraciadamente, las estrategias que podrían funcionar contra una de las variedades de mosquito podría no ser efectiva contra la otra. Es importante identificar y controlar las modificaciones genéticas ocultas en los mosquitos si queremos conseguir controlar la malaria centrándonos en ellos", ha informado Mara Lawniczak, coautora e investigadora en del departamento de Biología Molecular y Celular del Imperial College de Londres.

Según este estudio, las dos variedades de Anopheles gambiae son muy diferentes genéticamente y estas diferencias genéticas están dispersas en todo el genoma. Otros estudios anteriores solo habían detectado algunos puntos divergentes entre los genomas de las dos variedades. El trabajo sugiere que muchas de las regiones genéticas que difieren entre los genomas de las dos variedades "probablemente afecten al desarrollo, hábitos alimenticios y reproducción del mosquito", destacan los científicos.

Análisis genéticos detallados

En el segundo estudio también publicado hoy en Science y el primero en realizar análisis genéticos tan detallados de un invertebrado -con una selección de genotipos de alta densidad-, los investigadores observaron varios individuos de las cepas de Anopheles gambiae, así como de una variedad conocida como Bamako.

Al comparar 400.000 puntos diferentes en sus genomas para analizar cómo evolucionan, los investigadores demostraron que las cepas parecen evolucionar de forma diferente, en respuesta a factores de sus entornos específicos, como por ejemplo hábitats larvarios diferentes o patógenos y depredadores distintos.



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