Junto a expertos mundiales en conservación y la comunidad internacional de donantes, los 12 países se han adherido a la Declaración de Bishkek para la conservación del leopardo de las nieves, y al Programa de protección global del leopardo de las nieves y sus ecosistemas. La Declaración es un hito histórico, pues se trata de la primera vez que gobiernos y ONG se unen para proteger a los leopardos de las nieves y su hábitat.
Como otras muchas especies, el leopardo de las nieves es vulnerable a la caza furtiva impulsada por el comercio ilegal de especies. Además, los leopardos de las nieves son matados por los granjeros en respuesta a los ataques al ganado, y su hábitat está en declive por culpa del desarrollo de infraestructuras, la sobreexplotación de los pastos y los impactos del cambio climático.
Se estima que menos de 7.500 leopardos de las nieves sobreviven en libertad. El objetivo de la iniciativa, de cara a 2020, es proteger 20 paisajes que acogen a más de 100 adultos reproductores del leopardo de las nieves, y también promover el desarrollo sostenible en las zonas donde vive la especie.
La cumbre sobre el leopardo de las nieves en Kirguistán busca llamar la atención del mundo sobre la difícil situación de los leopardos de las nieves. Los paisajes montañosos de Asia son muy vulnerables a los impactos del cambio climático. Crear dentro del Plan medidas de adaptación para las comunidades locales y las economías nacionales ayudará a crear un futuro más sostenible para esas regiones.
WWF trabaja con distintos aliados para aumentar la conciencia a nivel local, nacional y regional sobre la necesidad de conservar los leopardos de las nieves en los países donde vive la especie. Junto a la Agencia estadounidense para el desarrollo internacional, WWF está implementando proyectos de adaptación al cambio climático, como por ejemplo aumentando las áreas protegidas, diversificando las formas de vida, y mejorando la gestión de pastos, agua y bosques.