En las costas francesas se ha estimado ya la baja de 15.000 aves y en las costas españolas se cree también que han caído varios miles.
Los análisis revelan que las excepcionales condiciones meteorológicas adversas son la principal causa de mortalidad, al debilitar a las aves e impedir que puedan pescar.
El pasado 10 de febrero, la organización ornitológica francesa y miembro de BirdLife, la LPO alertaba de la aparición de cientos de aves marinas muertas en las playas del sur de Francia. A día de hoy han estimado más de 15.000 aves. También la BBC informaba de la recogida de varios centenares en las costas del Canal de la Mancha.
Por su parte, SEO/BirdLife también lanzó la alarma en las costas españolas hace un par de semanas, a raíz de las prospecciones de playas del proyecto Interreg FAME.
A día de hoy, los centros de recuperación de fauna de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco han recogido en su conjunto cerca de dos centenares de aves vivas, las más afortunadas; la mayoría de éstas han sido liberadas de nuevo al mar, gracias a los cuidados recibidos. Pero son muchas más, se estima que varios miles, las que han tenido peor suerte y han llegado muertas a nuestras costas.
Inspección general de la Costa en Cantabria
Este sábado 22 de febrero, la delegación territorial de Cantabria de SEO/BirdLife y el Grupo Ibérico de Aves Marinas (GIAM) de SEO/BirdLife organizaron una prospección de todas las playas con la ayuda de medio centenar de voluntarios que recorrieron los 52 kilómetros de arenales cántabros para contabilizar las aves marinas muertas. El objetivo era cuantificar el número de aves y las especies afectadas. Se trata de un procedimiento habitual para el estudio de las aves marinas.
El total de aves encontradas ha alcanzado los 200 ejemplares, con playas como la del arenal de Liencres en el municipio de Piélagos donde se localizaron hasta 28 aves muertas. El 75% eran araos comunes (Uria aalge), seguido del frailecillo atlántico (Fratercula árctica) con un 13% de ejemplares.
Este muestreo arroja el dato de 4,6 aves muertas por kilómetro de playa que es un dato elevadísimo y nos da una idea de la magnitud del efecto de los temporales. Por otra parte, en el Centro de Recuperación de Fauna del Gobierno de Cantabria han ingresado durante el mes de febrero 51 aves vivas, todas ellas con síntomas de desnutrición y agotamiento.
El efecto de los temporales
La vida de las aves en alta mar es complicada y más aún para las especies con menos de un kilo de peso. Este esfuerzo por la supervivencia se está evidenciando estos días en el mar Cantábrico, ya que entre temporal y temporal se pueden encontrar aves que han llegado agotadas o muertas a las playas.
Estas aves, especialmente álcidos como el alca (Alca torda), el arao o el frailecillo, son especies que pasan el invierno mar adentro y se quedan sin energía por tener que soportar tantos días de lluvia, viento y oleaje intenso. Además, estas extremas condiciones meteorológicas tampoco les permiten alimentarse, lo que complica aún más su supervivencia.
De este modo, buena parte de los álcidos que arriban a las playas del norte peninsular son ejemplares desnutridos y pueden ser recuperados con los cuidados adecuados. Si encontramos alguno, podemos ayudarle a sobrevivir. En este blog se explica la manera correcta de actuar y a quién hay que avisar para que, de una forma profesional, se haga cargo del ejemplar localizado.