Comercio de marfil

A pesar de los esfuerzos para detener el comercio de marfil, la caza furtiva se lleva cada año el 8% de los elefantes africanos, es decir, unos 96 ejemplares cada día. Esto se debe a la creciente demanda en Asia de los colmillos y otros productos ilegales procedentes de animales en peligro de extinción.

En EE UU el comercio de marfil se prohibió casi en su totalidad el pasado mes de junio, después de casi 26 años de prohibiciones internacionales, tras la caída en picado de las poblaciones de estos mamíferos en los años 80. A pesar de estas restricciones, se permitía la venta de marfil adquirido legalmente antes de 1976, incluidas reliquias y piezas de anticuario.

Dado que muchos comerciantes utilizan con frecuencia esta cláusula para cubrir sus ventas, asegurando que sus mercancías son más antiguas de lo que parecen, un equipo de científicos estadounidenses analizó la edad del material incautado según leyes internacionales durante los últimos años para averiguar cuándo y dónde los cazadores furtivos adquirieron los colmillos.

El estudio, publicado en PNAS, ha combinado la datación por radiocarbono con análisis genéticos de los colmillos incautados y demuestra que más del 90% de este material procede de matanzas recientes de elefantes. Según el trabajo, los animales han sido asesinados como mucho tres años antes de que sus colmillos hayan sido confiscados en el mercado ilegal.

“Esto muestra que el marfil se introduce en el sistema muy rápidamente. Algunos elefantes son asesinados justo antes de que sus colmillos lleguen al carguero, dice Kevin Uno, coautor de la investigación y geoquímico en el Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (EE UU). Para el investigador, este dato tiene grandes implicaciones para la estimación del número de elefantes muertos.



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