Por Sergio Villarroel
La situación de los cetáceos se está debatiendo en la Comisión Ballenera Internacional (CBI). Este acontecimiento está teniendo lugar en la isla de Madeira (Portugal). Según un informe presentado en esta comisión, el turismo ballenero genera más riqueza que su captura.
Este periódico ya informó sobre la reunión en Madeira en relación a la captura de ballenas. Los conservacionistas abogan por la protección de estos animales, mientras que los detractores se oponen a ese proteccionismo, ya que con la matanza de estos animales se aseguran relaciones comerciales que generan beneficios.
Por tanto, numerosos países son partidarios de seguir matando cetáceos debido a los beneficios comerciales que genera. Pero para encubrir estas acciones, países como Japón o Noruega se agarran a la “caza científica”, es decir, justifican sus matanzas para fines científicos aunque luego la mayoría de ballenas acaban en supermercados y restaurantes. De hecho, según informa WWF “Japón llena los restaurantes de ballenas cazadas con fines científicos. Muchas de ellas son especies amenazadas, como el cachalote, el rorcual aliblanco o el rorcual norteño, este último en peligro de extinción”.
Turismo ballenero
Con estos datos sobre la mesa, podemos pensar que la matanza de ballenas genera grandes beneficios. Pero, un informe presentado en la Comisión Ballenera Internacional indica que “el turismo ballenero genera más riqueza que la caza de cetáceos”. Este informe pertenece al Fondo Internacional para el Bienestar Animal y afirma que “la observación de ballenas generó en 2008 unos ingresos de 1.500 millones de euros, mientras que la caza apenas produjo unas decenas de millones”.
Otra declaración importante que tuvo lugar durante la reunión fue la del ministro australiano de medio ambiente, Peter Garrett, que dejó claro que “las ballenas valen mucho más vivas que muertas". Por su parte, WWF a pesar del gran acaparamiento que están teniendo las ballenas en estos momentos, no ha querido olvidar que “más del 80% de los delfines carecen de protección”.
De momento, y como era previsible, las diferentes posturas entre los países a favor y en contra de la captura de ballenas no han llegado a un consenso.