Biólogos y técnicos del IEO y ANSE vienen trabajando desde la pasada primavera en la realización de una cartografía detallada de la distribución de diferentes comunidades vegetales marinas del Mar Menor y el entorno natural conocido como Las Encañizadas.
El estudio, financiado por la Fundación Biodiversidad, se centra principalmente sobre las praderas de angiospermas marinas Cymodocea nodosa y Ruppia cirrhosa, aunque también se ocupa de las extensiones colonizadas por el alga Caulerpa prolifera.
Se trata de la primera cartografía de alta resolución de la vegetación sumergida de la mayor laguna litoral española, y la información recopilada hasta el momento permite afirmar que la superficie y estado de conservación de estas especies y hábitat es mucho mayor de lo que se consideraba en estudios anteriores.
La conservación de estos hábitats marinos es prioritaria en las Directivas Europeas y de crucial importancia para el mantenimiento de la biodiversidad marina y el aprovechamiento de los recursos pesqueros del ecosistema lagunar. La vegetación bentónica es además clave para el control de los aportes antrópicos de nutrientes en la laguna y, por tanto, de la calidad de las aguas.
De entre las zonas cartografiadas destaca el buen estado de conservación y desarrollo de la vegetación marina en Las Encañizadas, así como en otras zonas que todavía no han sido degradadas por las playas artificiales, otros tipos de obras costeras, dragados o
vertidos agrícolas.
Los trabajos desarrollados por el IEO y ANSE serán de gran ayuda para un mejor conocimiento del estado de conservación del Mar Menor, y las administraciones competentes dispondrán de información actualizada esencial para la elaboración de los Planes de Gestión de la Red Natura 2000, pendientes de aprobación, así como para los programas de seguimiento de la Directiva Estrategias Marinas.
La nacra
Por otra parte, se está desarrollando un primer censo de distribución de nacra (Pinna nobilis), una especie considerada vulnerable en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, que fue introducida en el Mar Menor muy recientemente. Este bivalvo, de hasta 75 cm de longitud, presenta poblaciones muy numerosas de varios cientos de ejemplares en algunos enclaves de la ribera interior, principalmente en el norte de La Manga. Las densidades de algunos de estas áreas podrían encontrarse entre las más importantes del Mediterráneo.
Durante el mes de agosto los técnicos de ambas entidades tienen previsto finalizar los trabajos de cartografía y censo, recopilando igualmente imágenes sumergidas del estado de conservación de las mismas mediante video submarino.ANSE desarrolla igualmente durante este verano trabajos de mantenimiento de las plantaciones de flora autóctona desarrolladas en diferentes lugares de la ribera del Mar Menor, principalmente en el Monte Blanco (La Manga) y saladares de Lo Poyo, mientras que trabaja paralelamente con el Ayuntamiento de San Javier y la Dirección General de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma para intentar lograr la
conservación de los hábitat dunares que han sobrevivido al desarrollo urbanístico de las últimas décadas, y recuperar al menos una parte de los valores naturales perdidos.