El apetito humano por el sushi y el sashimi ha creado un mercado donde un solo atún rojo puede venderse por más de 170.000 dólares. En las últimas décadas, la población de atún rojo del Atlántico Oriental y la del Occidental han sido devastadas por la pesca industrial.
"Quedarse quieto en lugar de avanzar hacia medidas de protección más fuertes no es una opción", declara María José Cornax, responsable de Pesca de Oceana Europa. "Las actuales medidas de gestión del atún rojo no solo han demostrado ser incapaces de recuperar los stocks en un plazo de tiempo razonable, sino que además son ignoradas. No podemos aceptar un statu quo que simplemente no existe y cerrar los ojos a la evidencia".
Mercado negro de atún rojo
Oceana reclama a ICCAT la implementación de una serie de medidas de protección para el atún rojo atlántico, entre las que destacan la suspensión completa de la pesca industrial de atún rojo en el Atlántico Oriental, y suspensión total en la zona del Atlántico Occidental; el establecimiento de zonas cerradas a la pesca en las áreas de reproducción del atún rojo del Mediterráneo y el golfo de México, y la atención a las recomendaciones científicas con el fin de devolver los stocks de atún rojo del Atlántico Norte a niveles sostenibles que aseguren el cumplimiento de los acuerdos internacionales.
Oceana subraya que en el caso del atún rojo las infracciones suceden a diario a diferentes escalas, como comunicó la organización al comité de cumplimiento de ICCAT en 2009 de acuerdo con la Recomendación 08/09 (COC-307/2009). Esta información concluyó con la retirada de licencia de dos cerqueros libios y uno italiano. Más recientemente, el informe del International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ) sobre un mercado negro de atún rojo por valor de 4.000 millones de dólares subraya la necesidad crítica de poner en práctica medidas de gestión con un enfoque de precaución y evitar así la desaparición de uno de los grandes depredadores oceánicos.
"El primer plan de gestión integral para el stock oriental se adoptó en 2006. Cinco años después y tras evidencias flagrantes año tras año de que la industria cerquera y de engorde del Mediterráneo no respeta las normas, a fecha de hoy no se han aplicado sanciones a las partes contratantes de ICCAT", comenta Cornax. "El cierre de la pesca industrial es la única opción que queda para asegurar una recuperación real del stock".