Piden establecer un área marina protegida en la Antártida
Solo dos polluelos sobrevivieron a la última temporada de reproducción y cría en esta colonia, que cuentan con unos 36.000 ejemplares de pingüinos adelaida (Pygoscelis adeliae) que se alimentan principalmente del krill que encuentran cerca de su hábitat en Terre Adélie, en la Antártida Oriental.
Las muertes se han vinculado al hecho de que las capas de hielo se extendieron de forma inusual a finales del verano, lo que obligó a los pingüinos adultos a viajar distancias más grandes para buscar comida para sus crías. A raíz del viaje más extenso y un mayor tiempo de espera, las crías murieron de hambre, señaló la organización conservacionista.
Hace cuatro años, esta misma colonia también sufrió la pérdida de toda su camada debido a las extremas condiciones meteorológicas que azotaron la región con inusitada dureza.
Estos dos incidentes han llevado a WWF a pedir la protección de las aguas de Antártica Oriental con vistas a la reunión de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR, en inglés) que se celebra desde hoy en la ciudad australiana de Hobart y hasta el próximo 27 de octubre.
"El riesgo de abrir esta área a la exploración de la pesca de krill", que mermaría la base alimenticia de los pingüinos adelaida, mientras "intentan recuperarse de dos catastróficos fracasos reproductivos en cuatro años es impensable", dijo el jefe de los programas polares de WWF, Rob Downie.
La propuesta para la creación de esta área protegida marina en Antártica Oriental, liderada por Australia, Francia y la Unión Europea, ha estado en la mesa durante ocho años sin que se llegue a un acuerdo.
El océano Antártico alberga más de 10.000 especies únicas, entre ellas la mayoría de la comunidad mundial de pingüinos, ballenas, aves marinas, el calamar gigante y el bacalao austral, pescado que representa el objetivo principal de las compañías pesqueras que operan en la región.