Para Ecologistas en Acción, los bosques son la principal fuente de oxígeno y agua dulce de la Tierra, además de generar suelos fértiles, alimentos y una innumerable lista de recursos que los hacen un bien imprescindible. Su día internacional, instaurado hace 42 años, tendría que servir para recordar que sin ellos no sobreviviría ninguna especie, incluida la humana.
Pero los grandes peligros, guiados por beneficios a corto plazo, persisten. La mitad de la superficie forestal del planeta y un 80% de sus bosques primigenios, auténticos bancos de biodiversidad, se han perdido ya. El cambio climático avanza y la superficie de bosques, los grandes sumideros de CO2, decrece.
La demanda por parte del mercado occidental de maderas nobles amenaza a las selvas de los países del sur, sin ni siquiera revertir económicamente en los pueblos que viven y custodian dichas selvas. Años de lucha y reivindicaciones han conseguido que la UE haya decretado una ley que prohíbe la entrada en sus fronteras de madera de bosques talados de forma ilegal. Esta ley, conocida como EUTR, es sino un primer paso en el camino correcto, afirma el grupo ecologista.
Además, los cultivos extensivos llevados a cabo por multinacionales han arrasado enormes extensiones de bosque primigenio. Se han talado millones de hectáreas del Cono Sur y de la Amazonia, el pulmón del mundo, para plantar soja destinada principalmente a alimento para el ganado. En África y Asia son, en buena medida, los cultivos destinados a producir aceite de palma para biocombustibles los que están provocando la tala de sus bosques y selvas. La situación es especialmente crítica en Indonesia, cuya superficie forestal podría desaparecer en 15 años. No debemos olvidar que esta selva es la más antigua del mundo, su edad se calcula en unos 60 millones de años.
A nivel estatal, los recortes en recursos materiales y humanos que sufre la gestión forestal han llevado a situaciones críticas y capacidades de respuesta limitadas. Solo el año pasado se produjeron 38 Grandes Incendios Forestales (GIF), la superficie de bosque quemado superó las 200.000 hectáreaslógico. Auténticas joyas de la corona, como la laurisilva canaria del Parque Nacional de Garajonay o las fragas del Eume en Galicia se vieron seriamente afectadas.
La visión cortoplacista de los gobernantes es la que les lleva hoy en día a seguir apoyando los cultivos forestales de especies pirófitas como el pino y el eucalipto, donde se originan muchos de los incendios y cuya biología hace que estos incendios sean especialmente virulentos, opina la ONG.
La administración sigue aún dando la espalda al problema del cambio climático, una de las causas de la ola de incendios del año pasado. Es una prueba más de la ceguera institucional ante los problemas medioambientales que nos afectan, y cuyas consecuencias serán irreparables si no se empieza a actuar ya. Nuestros bosques son tan valiosos que calcular su precio en dinero sería la mayor de las estupideces.
Greenpeace
De forma paralela, Greenpeace declara que la sociedad civil pide masivamente que no se venda el patrimonio forestal público, por lo que empresas, sindicatos, ecologistas, propietarios forestales, centros de investigación, universidades, escuelas de formación forestal y colegios profesionales reclaman la defensa del catálogo de montes de utilidad pública.
El Manifiesto en Defensa de los Montes de Utilidad Pública ha sido presentado en Toledo en vísperas del Día Internacional de los Bosques, fecha elegida por la Asamblea General de las Naciones Unidas para conmemorar el papel fundamental de los bosques en la sociedad.
“En el Día Internacional de los Bosques, este manifiesto es un clamor unánime en defensa de los montes públicos” ha declarado Elías Bayarri, Presidente de la Asociación de Profesionales Forestales, Profor. “Los montes públicos sustentan gran parte de nuestra biodiversidad y son la base económica para numerosas zonas del mundo rural. La sola idea de vender este recurso es un suicidio”.
“Este manifiesto es una muestra del consenso existente contra el proyecto de la Presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha de vender los montes públicos” ha señalado Miguel Ángel Hernández, de Ecologistas en Acción. “Si las empresas del sector, los colegios profesionales, el mundo académico, los sindicatos o el movimiento ecologista rechazan la venta de estos montes, significa que los gobernantes se han quedado solos”.
Más de 80 organizaciones, en gran parte de Castilla-La Mancha, se han adherido al Manifiesto en Defensa de los Montes de Utilidad Pública y exigen que el Gobierno Regional rectifique. Así, el plan de María Dolores de Cospedal ha conseguido reunir bajo una misma bandera a una gran diversidad de organizaciones que aglutinan muy diversos intereses.