Según el PACMA, en dicho Catálogo se condena a muerte a los perros y gatos asilvestrados, así como a todos los animales incluidos en el mismo sólo por pertenecer a una especie foránea, sin tener en cuenta alternativas a la matanza de animales. En cambio, WWF alerta de la grave amenaza que suponen estas especies extrañas para los ecosistemas y para los recursos económicos asociados al uso del patrimonio natural.
Esta disputa es antigua, ya que durante la tramitación del texto legal el Partido Animalista presentó alegaciones al mismo, las cuales han sido desoídas por el Ministerio. Entre las alegaciones, se encuentra la excepción de las granjas peleteras de visón americano, una de las especies catalogadas como invasoras, por el interés económico de los productos peleteros.
Desde el PACMA confían en que el recurso contencioso-administrativo, en el cual se solicita también la suspensión provisional de la aplicación del Catálogo, sea estimado por el Tribunal Supremo. De esta manera se evita que "el mero hecho de ser de una especie foránea suponga una condena a muerte para millones de animales", según comentó Daniel Dorado, abogado especializado en Derecho Animal y Presidente del Centro Legal para la Defensa de los Animales.
Otro enfrentamiento
La semana pasada, el Consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León manifestaba su rechazo al nuevo Catálogo de Especies Invasoras del Gobierno, y anunciaba su intención de recurrirlo por su “impacto” sobre la pesca deportiva. Hasta ahora, y permitido por la normativa autonómica de la región, los ríos castellanoleoneses se venían repoblando para la pesca deportiva con especies como la trucha arco iris, el hucho o el salvelino, reconocidas ahora en el nuevo catálogo como invasoras o potencialmente invasoras.
Según WWF, el Listado y el Catálogo, que forman parte de la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, hacen frente al problema que suponen las más de 200 especies exóticas potencialmente invasoras que viven en nuestro país, y que generan un notable impacto ambiental y económico. Algunas especialmente conocidas, como el caso del mejillón cebra en el Bajo Ebro, suponen daños económicos valorados en 2 millones de euros anuales. También aseguran que, además de los daños económicos, estas especies ponen en peligro nuestra biodiversidad, por los impactos que causan: depredación, competencia, hibridación, introducción de enfermedades y parásitos, etc.
El pasado 13 de enero, en un comunicado de WWF, Luis Suárez, Responsable del programa de especies de WWF España, se mostró rotundo sobre este tema: “la Junta de Castilla y León y todas las administraciones autonómicas deben cumplir con lo establecido tanto en el Catálogo, como en la propia ley de Patrimonio Natural y la Biodiversidad y frenar la expansión de estas especies que constituyen una de las mayores amenazas para la naturaleza y la economía”. ¿Pensará lo mismo sobre la acción realizada por el PACMA?