Al mismo tiempo, el proyecto tiene la finalidad de potenciar el desarrollo científico y tecnológico en este ámbito en países en vías de desarrollo del área de América del Sur con importantes retos en la mejora de la salud y el bienestar de su población.
La Red Alfa continúa el trabajo realizado por el proyecto europeo BioSim (2004-2010), financiado en el Sexto Proyecto Marco de la Unión Europea, el cual contó con la participación de 26 instituciones académicas -entre ellas, la Universidad de Valencia-, diez industrias y cuatro instituciones reguladoras. BioSim demostró cómo las técnicas de simulación pueden disminuir el tiempo y coste de creación de nuevos fármacos, a la vez que reducir el uso de animales en el laboratorio y obtener tratamientos más personalizados y efectivos.
La iniciativa está dirigida por la Universidad Miguel Hernández y además de la Universidad de Valencia participan la Universidad Central de Las Villas (Cuba), la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina), la Universidad de Valparaíso (Chile), la Academia de Ciencias de Hungría y la Universidad Estadual Paulista de Sao Paulo (Brasil).
La Red Alfa, que cuenta con un presupuesto de 1,2 millones de euros aportados por la Unión Europea para tres años, “pretende definir los métodos de ensayos experimentales necesarios que se utilizan en el proceso de diseño de un medicamento de acuerdo con su comportamiento de disolución y absorción a través de las membranas del tracto gastrointestinal”, explica la directora del equipo, del departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica, Matilde Merino. Estos modelos podrán tener aplicación en diferentes medicamentos que se administran por vía oral como por ejemplo antibióticos, fármacos contra el cáncer o el SIDA, etc.
La finalidad última de la Red Alfa es contribuir al desarrollo de políticas sanitarias en América del Sur a través de una mayor coordinación entre los organismos regulatorios, las universidades y las industrias farmacéuticas a nivel latinoamericano y con el apoyo y cooperación de la Unión Europea.
Este proyecto internacional innovará en el ámbito de la investigación de nuevas aplicaciones a moléculas conocidas para mejorar las propiedades farmacéuticas relevantes como es el caso de la biodisponibilidad -es decir, la cantidad de fármaco administrada que es aprovechada por el organismo- y también la combinación de herramientas informáticas, con el fin de evitar experimentaciones animales o en personas y acelerar y abaratar el proceso de descubrimiento y desarrollo de nuevos medicamentos. De hecho, se calcula que el coste para desarrollar un nuevo fármaco es de unos 1.000 millones de dólares y se necesitan entre 12 y 15 años por poderlo llevar al mercado.
La formación de los investigadores es la meta última de la Red Alfa. De este modo, se ha previsto la organización de encuentros para presentar los resultados científicos del proyecto y talleres de formación y capacitación dirigidos a los profesionales latinoamericanos de la industria farmacéutica, la universidad y los organismos regulatorios.