El objetivo del Instituto Nacional de Biodiversidad, como señala el Art. 2 del Decreto Ejecutivo 245, es planificar, promover, coordinar y ejecutar procesos de investigación relacionados al campo de la biodiversidad, orientados a la conservación y aprovechamiento racional de este recurso y sector estratégico, de acuerdo a las políticas ambientales existentes y la normativa legal aplicable.
“El Instituto se encargará de generar el conocimiento y desarrollar ciencia, tecnología e innovación que requiere el Estado ecuatoriano para garantizar la conservación de su patrimonio natural mediante el uso soberano, estratégico y sustentable de la biodiversidad y sus componentes para la consolidación de la sociedad del Buen Vivir”, señala el Decreto Ejecutivo.
Entre sus atribuciones está: Impulsar y coordinar la labor interdisciplinaria de los grupos de investigación con grupos nacionales e internacionales de reconocido prestigio en este ámbito, además, inventariar, clasificar, conservar, exhibir y difundir el conocimiento sobre las especies naturales del país. Esta entidad adscrita a la Máxima Autoridad Ambiental del país deberá canalizar el trabajo de los investigadores acreditados, de acuerdo a las necesidades del Instituto, de conformidad con la normativa que emita el ente rector en la materia de investigación, ciencia y tecnología.
El Decreto señala -además- que el directorio estará conformado por la Ministra del Ambiente o su delegado, el Secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación o su delegado, el Ministro Coordinador de Conocimiento y Talento Humano, como delegado del Presidente de la República, entre otros delegados de Universidades y representantes de empresas públicas cuyas actividades sean afines a las competencias de este Instituto.
La Ministra Lorena Tapia a inicios de este año anunció la creación de esta entidad como un hito 2014. “Desde este Instituto se podrá articular y potenciar todas las iniciativas nacionales de investigación y monitoreo de la biodiversidad. Esto nos permitirá integrar el conocimiento científico y los saberes ancestrales, para alcanzar el sueño del Sumak Kawsay. Se trabajará de la mano con otras entidades, principalmente con la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología”, recalcó la Ministra Tapia.
Agregó que a “la gestión del conocimiento, visto ahora como un bien público, hace posible soñar que en un futuro no muy lejano, el bioconocimiento sea el motor de la producción de bienes y servicios derivados de la biodiversidad, que no solo permitan al Ecuador diversificar la matriz de producción y consumo nacional, sino que esté en la capacidad de generar una oferta exportable de productos y servicios de alto valor agregado”.