Así, el último censo de este año ha revelado la presencia de 50 parejas reproductoras, frente a las 25 de hace nueve años.
Para reforzar esta población, el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Borja Sarasola, ha liberado en Galapagar dos pollos de águila imperial. Los técnicos están realizando zonas de siembras que permitan definir y establecer con éxito una red de madrigueras artificiales en la zona de transición entre las poblaciones. De esta forma, con el aporte alimenticio de los sembrados y con la construcción de estos majanos, se están asentando poblaciones de herbívoros como el conejo, base y principal alimento en la composición de la dieta de esta rapaz.
Entre 2005 y 2013, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha actuado en 18 municipios del oeste de la región, y durante este año los trabajos se han centrado en otros cinco términos municipales: Valdemorillo, Fresnedillas de la Oliva, Colmenar Viejo, Colmenarejo y Robledo de Chavela, finalizando la comunicación entre la ZEPA “Encinares de los ríos Alberche y Cofio” y el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.
Radiomarcaje y seguimiento como herramienta de gestión
El objetivo de esta medida es aumentar la superficie ocupada y el número de efectivos de esta especie en peligro de extinción, pero también mejorar la riqueza genética de la población evitando posibles problemas derivados de una endogamia excesiva y garantizando su viabilidad a largo plazo en la Comunidad.
Los dos ejemplares liberados han sido equipados con un equipo radiotransmisor. Los datos obtenidos permitirán ampliar el conocimiento de la especie, de sus hábitos de comportamiento y de su área de dispersión, así como confirmar su plena adaptación al medio natural. La información recibida del radiotransmisor hará posible también evaluar las posibles interrelaciones con los otros núcleos poblacionales cercanos y obtener información sobre las primeras fases de su etapa reproductiva.
La Comunidad ha desarrollado diferentes actuaciones para la mejora de la población de esta especie endémica en la Península Ibérica, lo que explica en parte que haya encontrado acomodo en nuestra región, donde habita el 15% de toda la población mundial.
La Comunidad alberga el 40% de la fauna española, pese a representar únicamente el 1,6% del territorio nacional. Sin embargo, en lo que se refiere a las aves, Madrid acoge, con más de 200 especies, más del 60% del total de las terrestres españolas.
Los trabajos desarrollados en el seno del plan de protección de la fauna ha tenido también resultados espectaculares en otras especies emblemáticas y altamente amenazadas o en peligro de extinción. El buitre negro, quizá el caso más significativo, ha duplicado su población a lo largo de la última década, hasta alcanzar las 114 parejas. El cernícalo primilla, la cigüeña negra, el águila perdicera, la nutria o la rana patilarga, entre otras especies, son algunas de las que también se han beneficiado de estos proyectos en términos de incremento poblacional.