.La Reserva Monarca, en Michoacán y el Estado de México, protege 56,259 ha de bosques e incluye tres zonas núcleo con 13,551 ha, donde se establecen cada año las principales colonias de hibernación de esta mariposa.
“Durante décadas, los científicos y conservacionistas han abogado por el establecimiento de áreas protegidas para conservar los ecosistemas y la diversidad biológica como primer objetivo, pero también para beneficiar a las poblaciones locales. No obstante, existen muy pocos ejemplos de largo plazo con los que se pueda evaluar la efectividad de las acciones de conservación en estas áreas y, en particular, aquéllos que documenten las complejas interacciones entre las comunidades locales, autoridades, organizaciones de la sociedad civil y los donantes privados. La evolución de la tala ilegal en la Reserva Monarca durante la última década ofrece un estudio de caso útil para ilustrar y comprender mejor los desafíos sociales y económicos que enfrentan los países en desarrollo para conservar su áreas protegidas”, enfatizan los autores del artículo, Omar Vidal (Director del Fondo Mundial para la Naturaleza – WWF – en México), José López-García (investigador del Instituto de Geografía de la UNAM) y Eduardo Rendón-Salinas (Coordinador del Programa Mariposa Monarca de WWF).
“Las acciones del gobierno federal, lideradas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y los gobiernos de Michoacán y el Estado de México para proteger estos bosques, así como el compromiso y apoyo económico ininterrumpido por más de una década de filántropos y empresas mexicanas – destacando el Ing. Carlos Slim y Telcel – con el fin de crear empleos y nuevas fuentes de ingresos para las comunidades locales, resultaron en la disminución de la tala ilegal a gran escala en una de las áreas protegidas más icónicas del mundo, que pasó de 731 ha afectadas en 2005-2007 a ninguna en 2012”, sostienen los autores.
La detección de la tala hormiga (es decir, la tala regular de algunos árboles por parte de las comunidades para usarlos como leña y construir viviendas) y su magnitud fue resultado de la interpretación comparativa de fotografías aéreas e imágenes de satélite de 2001 y 2011. Los impactos de este tipo de tala no pudieron ser identificados en los análisis anuales o bienales realizados entre 2001 y 2012 por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), la Alianza WWF-Telcel y el Fondo para la Conservación de la Mariposa Monarca debido a la reducida cantidad de árboles extraídos cada año. Para ubicarlos, “se requería la comparación de fotografías en un intervalo de tiempo más largo”, señalan los autores.
La mayor parte (88% ó 1806 ha) de los bosques afectados por la tala ilegal se ubica en Michoacán, principalmente en las comunidades agrarias de Crescencio Morales y Francisco Serrato, el ejido Nicolás Romero y la Propiedad Federal. En el Estado de México, 251 ha de bosques fueron afectadas por la tala, principalmente en el ejido La Mesa y una propiedad agraria de Villa de Allende.
La tala ilegal a gran escala afectó de forma significativa los bosques de la zona núcleo de la Reserva hasta 2009, y probablemente fue la causa principal de la desaparición de varias colonias de mariposas. Si bien en 2012 no se detectó pérdida forestal por tala ilegal a gran escala en la zona núcleo, en 2013 se degradaron (es decir, perdieron cobertura forestal) 16.62 ha de bosque en dicha zona: 8.98 ha por tala clandestina (5.02 ha por tala a gran escala y 3.96 ha por tala hormiga), 3.95 ha por sequía y 3.69 ha por saneamiento forestal.
Los autores consideran que la reducción de la tala ilegal de gran escala es resultado directo de la aplicación de la ley por parte de las autoridades federales y estatales y los pagos por servicios ambientales de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) de la SEMARNAT, junto con el importante apoyo financiero de filántropos y empresas mexicanas e internacionales que han generado ingresos y empleos para la población local con programas de ecoturismo, viveros y vigilancia comunitaria, entre otros. El Fondo Monarca – un esquema de incentivos económicos para que las comunidades conserven sus bosques, en el que participan 34 de las 38 comunidades agrarias de la Reserva – jugó un papel clave.
Al respecto, el Maestro Luis Fueyo Mac Donald, Comisionado Nacional de Áreas Naturales Protegidas, destacó que México cumple cabalmente con su tarea de proteger y conservar los bosques a los que cada año llega, procedente de Canadá y Estados Unidos, la mariposa Monarca, con lo que contribuye a que continúe el fenómeno migratorio de esta especie. Explicó que la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca cuenta con zonas núcleo, lo que permite mantener bajo protección total a los santuarios donde hiberna este insecto.
Agregó que para asegurar la conservación de esta Área Natural Protegida, el gobierno realiza un importante esfuerzo, con el apoyo de los diferentes sectores de la sociedad. Luis Fueyo Mac Donald resaltó que la Reserva cuenta con el reconocimiento de la comunidad internacional, y prueba de ello es que se encuentra entre los cinco sitios naturales de nuestro país que han sido declarados Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
El titular de la CONANP comentó que gracias a las acciones coordinadas de los tres niveles de gobierno, la tala clandestina ha disminuido considerablemente en la zona núcleo de esta ANP y continúan los esfuerzos para combatir la denominada “tala hormiga”.
Vidal, López-García y Rendón-Salinas enfatizan que “las amenazas más importantes para la Monarca en Norteamérica son la deforestación y degradación forestal por tala ilegal en México; la reducción de su hábitat en Estados Unidos debido a cambios de uso de suelo y a la drástica disminución del principal alimento de sus larvas – el algodoncillo o Asclepias – asociada al uso de herbicidas en cultivos de soya y maíz; y las condiciones climáticas extremas. Estas amenazas son responsables de la reducción de las colonias de hibernación en México, que durante 2012-2013 únicamente abarcaron 1.19 hectáreas: el área más pequeña ocupada por esta mariposa en 20 años”.
El artículo plantea que para conservar la Reserva Monarca a largo plazo y aumentar las capacidades de esta mariposa para responder a cambios climáticos extremos se requiere reforzar acciones que atiendan los desafíos económicos, sociales y ambientales de la región. En particular, es indispensable generar más y mejores empleos para evitar la migración de los habitantes locales a estados vecinos o a los Estados Unidos, o que vislumbren la tala ilegal como una opción de ingresos. Los autores concluyen que para asegurar la conservación de la Reserva y la maravillosa migración de este insecto en Norteamérica, para ésta y las generaciones futuras, es necesario:
Proteger su hábitat de los impactos de actividades humanas como la tala ilegal en México y frenar la pérdida de hábitat en Estados Unidos y Canadá
Aumentar la coordinación de los tres niveles de gobierno para fortalecer la vigilancia en la Reserva todo el año, con el fin de evitar el resurgimiento de la tala a gran escala y detener la tala hormiga
Entender mejor la dinámica de la tala hormiga para plantear una estrategia que la erradique
Aumentar significativamente y enfocar más estratégicamente los pagos por servicios ambientales gubernamentales a las comunidades locales, apoyando actividades económicas sustentables como el ecoturismo y la producción de árboles
Coordinar mejor las inversiones gubernamentales con los aportes de la iniciativa privada y el Fondo Monarca
Instrumentar un plan maestro regional que no sólo abarque la Reserva sino también los más de un millón de habitantes de la Región Monarca, que promueva la creación de mejores oportunidades de trabajo, mejore y expanda el acceso a la educación con énfasis en los niños y jóvenes, y extienda los servicio básicos (salubridad, electricidad, agua potable) a toda la población
Restaurar su hábitat a lo largo de la ruta migratoria en los tres países, ya que hay una relación directa entre la pérdida de algodoncillo en los campos agrícolas de Estados Unidos y el número de Monarcas que hiberna en México. Es indispensable que Estados Unidos y Canadá restauren y protejan el hábitat de la Monarca en sus territorios