El ejemplar, que había sido recogido por un turista en el puerto de Las Señales (León), fue entregado al personal de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, y liberado el día 9 de mayo en un lugar muy cercano a la zona de captura, donde hay constancia de la presencia de otros ejemplares de urogallo.

Personal de la Junta de Castilla y León, compuesto por agentes medio ambientales de la comarca de Boñar y celadores de medio ambiente de la Reserva Regional de Caza de Mampodre, siguieron diariamente a la hembra para comprobar que no volviera a desplazarse a una carretera o lugar humanizado, así como para vigilar y controlar posibles molestias que se pudieran derivar sobre el ejemplar. El radioseguimiento permitió conocer las localizaciones del ave, que se mantuvo en el interior del bosque, realizando pequeños desplazamientos. Desafortunadamente, después de dos semanas de radiomarcaje, se detectó la muerte natural del animal. La necropsia ha revelado que la causa de la muerte fue la obstrucción del oviducto por un huevo que no pudo expulsar. Esto es una patología del aparato reproductor de las aves, comúnmente llamada “huevo retenido”.

Urogallos dóciles

La subespecie cantábrica atraviesa una grave situación y un síntoma de ello es la aparición de urogallos con comportamiento manso, también llamados “dóciles”. Se considera que una hembra es mansa cuando ha perdido el instinto de huida delante de las personas; durante la época de celo, en ocasiones, llegan a colocarse en posición de acoplamiento aunque se encuentren en zonas donde no existen ejemplares machos. Este comportamiento indica un avanzado estado de fragmentación de las poblaciones, y un alto grado de degradación, que no permite el desarrollo normal del proceso reproductivo. Son numerosos los casos de este tipo que han sucedido, y algunos han saltado a los medios de comunicación, como por ejemplo en junio de 2008, cuando un macho en celo apareció en el municipio de Tarna, en el Parque Natural de Redes (Asturias), al que los vecinos cariñosamente apodaron como Mansín. Este urogallo macho paseaba por las calles del pueblo realizando su cortejo nupcial como si se encontrara en un cantadero en mitad del bosque. Pese a que fue vigilado continuamente por el servicio de guardería de Redes, en el mes de julio un perro acabó con su vida. En el último año y medio había aparecido en siete pueblos distintos del Concejo de Caso y los servicios de la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural lo habían capturado en diez ocasiones para intentar su reintroducción, sin éxito, en el medio natural.

En el marco del LIFE+ Urogallo cantábrico, en 2011 y 2013, se han capturado tres hembras de comportamiento dócil que fueron trasladadas al centro de cría y reserva genética de Sobrescobio. Un ejemplar procedía de la provincia de León (Camposagrado) y otros dos de Asturias (Redes). Previamente se intentó su reintegración en el medio natural pero no fue posible porque reiteraban su comportamiento de aproximación a pueblos o personas, por lo cual se decidió su traslado al centro de Sobrescobio, para mantenerlas como ejemplares del stock genético cautivo y como posibles reproductores.

Qué hacer ante un urogallo “manso”

En el caso de avistamiento de ejemplares de urogallo con un comportamiento anómalo, lo más adecuado para proteger al animal es alejarse rápidamente de esa zona y poner el hecho en conocimiento de los agentes medioambientales de la comunidad autónoma o remitir sus informaciones al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona).



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