La existencia de esta especie de fanerógama marina, la única existente en la ría de Huelva, tiene un gran interés ecológico, ya que facilita la presencia de numerosos hábitats y especies, que se instalan y refugian en sus fondos arenosos. Igualmente, la planta es un bioindicador de la mejora de la calidad ambiental de las aguas de este enclave onubense, ya que esta especie es sensible a la contaminación orgánica o industrial.
Según la cartografía realizada por los técnicos de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, se ha podido constatar que estas cinco praderas de fanerógama Zostera noltii tienen una extensión total de 8,03 hectáreas y un 70,6% de cobertura media. Por enclaves, la zona denominada punta del Burro es la que presenta mayor presencia de la planta (5,75 hectáreas), seguida por la de Torre Arenilla (2,17 hectáreas), mientras que junto al espigón Juan Carlos I se observan dos pequeñas manchas de escasa amplitud (0,21 hectáreas).
Este trabajo forma parte de las actuaciones que desarrolla la Junta para la conservación de las praderas de fanerógama marina, en el marco del Programa de Gestión Sostenible para la Conservación del Medio Marino Andaluz, dedicado a la elaboración de una cartografía de precisión sobre la distribución de estas praderas en las costas andaluzas. Para la realización del mismo se ha contado con la participación de la embarcación de la Consejería "Dunas de Doñana".
En Andalucía existen cuatro especies de fanerógamas marinas: Posidonia oceanica, recogida como hábitat prioritario en la Directiva Hábitat; Cymodecea nodosa", Zostera marina y Zostera noltii. Los ecosistemas litorales marinos y su desarrollo dependen directamente de las praderas marinas, que contribuyen a consolidar y estabilizar los sedimentos y a aportarles materia orgánica. Asimismo, estas plantas son fundamentales para las comunidades marinas, ya que proporcionan una gran calidad de biomasa y oxígeno.