Esta dehesa, situada en un monte público de la Serranía de Cuenca propiedad del Ayuntamiento, tiene un excepcional valor ambiental por su variedad de hábitats y especies: de hecho, se trata de la dehesa de mayor biodiversidad vegetal de toda la provincia de Cuenca. Destaca la rara presencia de Roble Albar (Quercus petraea), además de los Quejigos centenarios (Quercus faginea).
Los pinos cortados, auténticos monumentos vivos por su gran tamaño, han producido en su caída graves destrozos sobre los viejos robles, también centenarios, e incluso el descuaje de ejemplares.
WWF y Ecologistas en Acción han solicitado a la Delegación de Agricultura la paralización de nuevas cortas y que se puedan estudiar alternativas distintas a la de la tala de los pinos centenarios. También han solicitado conocer el condicionante medioambiental impuesto al proyecto de corta, para saber si se ha respetado, dado el destrozo ocasionado a la vegetación.
Además van a pedir que se inventaríen los rodales de bosques viejos de pinos negrales en los montes públicos conquenses y en los lugares de valor paisajístico y recreativo, con el fin de su conservación.
Así mismo, las organizaciones ecologistas reclaman que se respete lo establecido en este sentido en el apartado de gestión forestal del Plan de Ordenación del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, una norma que se viene incumpliendo.
Los grandes árboles de la dehesa boyal de Carrascosa se han preservado durante generaciones, ya que constituían un espacio común de importancia para la ganadería como sustento y forma de vida del municipio. En la actualidad es una zona muy visitada por su interés paisajístico y recreativo, atravesada por diversos caminos regionales (PR) señalizados recientemente por la administración.