2016 batió todos los récords de temperatura, nivel del mar y calor oceánico
“La Niña” y “El Niño” son dos fenómenos meteorológicos resultado de las fases opuestas de interacción entre la atmósfera y el océano Pacífico (incremento o bajada de la temperatura del agua) y tienen efectos opuestos en el clima de diferentes lugares del mundo. Mientras que “El Niño” se produce cuando hay un incremento de las temperaturas, lo que tiene diferentes efectos en cada región del mundo, “La Niña” contribuye a un descenso de dichas temperaturas.
El nivel del mar a escala mundial ha aumentado 20 centímetros desde el comienzo del siglo XX, debido principalmente a la expansión térmica de los océanos y el deshielo de los glaciares y los casquetes de hielo. Precisamente, la congelación de otoño de 2016 fue excepcionalmente lenta e incluso la extensión de los hielos marinos se contrajo durante algunos días a mediados de noviembre.
El nivel máximo estacional, de 14,52 millones de kilómetros cuadrados el 24 de marzo, fue el más bajo de los registros satelitales del período comprendido entre 1979 y 2016.
Los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera alcanzaron la marca simbólica de referencia de 400 partes por millón en 2015 (el último año para el cual se dispone de datos mundiales de la OMM) y no disminuirán por debajo de ese nivel durante varias generaciones futuras debido al carácter duradero del CO2.
Entre los fenómenos extremos más importantes de 2016 cabe señalar las sequías graves que provocaron inseguridad alimentaria a millones de personas en las zonas meridional y oriental de África y América Central, y el huracán Matthew que afectó a Haití y que fue la primera tormenta de categoría 4 en tocar tierra desde 1963.