La bajada del precio del petróleo aumenta las emisiones de CO2.
Si bajan los costes del petróleo, crecen las emisiones de dióxido de carbono. Así lo aseguran dos investigadores del Departamento de Economía de la Universitat Jaume I que han contrastado la relación entre contaminación atmosférica y desarrollo económico utilizando como indicador los precios reales del petróleo en España de 1874 a 2011. Los científicos sugieren el diseño de unos nuevos impuestos de la energía, según recoge el Servicio de Información y Noticias Científicas SINC a partir del articulo publicado por los investigadores Manuel Cantavella y Jacint Balaguer en la revista Ecological Indicators.
En los años 70, los primeros movimientos ecologistas alertaron de que la contaminación atmosférica procedía de nuestros modelos de producción y consumo. En ese momento, los economistas argumentaron que una mejora de la renta per cápita reduciría el nivel de degradación del medioambiente, a lo que llamaron la curva de Kuznets medioambiental (en forma de U invertida). Como demostraron estudios posteriores, tenían razón.
«Aunque el nivel de contaminación va aumentando en las primeras fases de desarrollo económico de un país, este se retrae cuando las necesidades básicas se encuentran cubiertas y surge una mayor preocupación por la protección del medioambiente», explica el investigador de la UJI Manuel Cantavella. En el caso de España, no es hasta la década de los 80 cuando el país se suma a la conciencia global de protección medioambiental. En esos años, «la variación porcentual de emisiones de CO2 comenzó a decrecer con el aumento de la renta real de los españoles», destaca el experto en economía.
Para entender la variación de contaminación en España, Cantavella y Jacint Balaguer, coautores de la investigación, han estimado en la revista Ecological Indicators cómo sería esta curva en España para las emisiones de dióxido de carbono –un contaminante directamente relacionado con el cambio climático–. Para contrastar empíricamente la relación entre las emisiones de CO2 y el desarrollo económico, los científicos consideraron como indicador los precios reales del petróleo de 1874 a 2011.
«De todos es sabido que un incremento de los precios del petróleo podría implicar una reducción del consumo de energía», comentan los autores, quienes también añaden que, después del carbón, el petróleo es el combustible más contaminante. Por esta razón, y porque España ha sido desde siempre un país muy dependiente del petróleo, los expertos incluyeron en su análisis de los efectos de las emisiones de CO2 no solo la curva del crecimiento económico, sino también la de los cambios en el consumo de energía contaminante a través de los precios del petróleo
Impuestos sobre el petróleo
Ante la ausencia de estos datos para todo el periodo analizado, el estudio se basó en el hecho de que España había importado la mayoría de los productos derivados del petróleo. Así, los científicos incorporaron los precios de los mercados internacionales como representación fiable de la variación de los costes –datos que recogieron del Statistical Review of World Energy 2013.
Los resultados del estudio revelan que un incremento (o disminución) de un 1% en los precios del petróleo ha venido generando una reducción (o aumento) de las emisiones de CO2 en torno al 0,4%.
Para los autores, esto sugiere que, con los efectos de la renta per cápita, existe un margen para la aplicación de medidas específicas dirigidas a la mejora de la calidad medioambiental. Así pues, «el diseño de una cuidadosa estructura de impuestos que redujera el consumo en general de energías fósiles y promoviera energías más limpias y eficientes debería tomarse seriamente en consideración», concluyen los autores