Siete perros tiran de un trineo impulsándose sobre una capa de hielo marino de 1,2 metros de espesor hundida bajo el agua. Hay un deshielo terrible en el Ártico.
Nadie diría que la imagen que tomó el climatólogo danés Steffen Olsen, y que publicó en su cuenta de Twitter el 14 de junio está hecha en Groenlandia. El océano resplandecía con un azul intenso bajo el sol, cuando la tonalidad debería ser completamente blanca.
Esta foto, que se hizo viral rápidamente en las redes, es solo una muestra más de cómo el deshielo del Ártico crece a un ritmo sin precedentes debido al calentamiento global.
Aunque lo cierto es que la sociedad es cada vez más consciente de los efectos desastrosos del cambio climático, incluso los políticos, las medidas son insuficientes.
Pese a los esfuerzos del G-20, el pasado 29 de julio, para ratificar por unanimidad el Acuerdo de París sobre el clima –al que no lograron que se sumara EE UU– y que tiene como principal objetivo evitar que el incremento de la temperatura media global del planeta no supere los 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales, la naturaleza no para de mandar señales para indicar que ni siquiera eso vale.
Porque, aunque este acuerdo se cumpla a rajatabla, no se descarta que el Ártico se quede sin hielo. Así lo asegura una investigación de un grupo de científicos de Corea del Sur, Australia y Estados Unidos publicada en «Nature Communications».
Los expertos utilizaron los resultados de los modelos climáticos y un nuevo método estadístico para calcular la probabilidad de que el hielo marino de esta región del Polo Norte desaparezca a diferentes niveles de calentamiento.
Deshielo
Según se expone en el informe, hacer proyecciones climáticas futuras a partir de modelos informáticos no es fácil porque están diseñados para resolver ecuaciones sobre variables como la atmósfera, el océano, el hielo marino y otros componentes del clima.
Aplicando concentraciones futuras de gases de efecto invernadero sobre ellas, cada modelo produce una versión de cómo podría cambiar el clima.
Sin embargo, no tienen en cuenta incertidumbres como la toma de decisiones políticas a escala regional que podrían alterar el resultado.
Ártico
Así, para obtener estimaciones de probabilidad más precisas sobre los posibles efectos del cambio climático en el Ártico, este equipo internacional de científicos diseñó un método estadístico novedoso que traduce los resultados de un conjunto de simulaciones sobre el clima a probabilidades.
Y lo aplicaron a las proyecciones climáticas del siglo XXI. Usando 31 modelos climáticos diferentes, encontraron que hay al menos un 6% de posibilidades de que el hielo marino del oceáno Ártico en verano desaparezca si la temperatura media global crece 1,5 grados –el límite mínimo recomendado por el Acuerdo de París–.
Si sube 2, la probabilidad de que el hielo desaparezca es de un 28%. Los autores concluyen que lo más probable es que veamos por primera vez un verano sin hielo en el Ártico cuando la temperatura media global ascienda entre los 2 y los 2,5 grados.
«Hasta ahora no había un marco matemático establecido para asignar probabilidades a teorías no exclusivas. Si bien el que hemos desarrollado solo lo probamos en modelos climáticos, estamos ansiosos por ver si la técnica se puede aplicar a otros campos, como las predicciones del mercado de valores, las investigaciones de accidentes de avión o la investigación médica», sostiene por su parte Roman Olson, autor principal del estudio e investigador del Instituto de Ciencias Básicas para la Física del Clima de Corea del Sur.
Fuente: Elena Genillo / La Razón,
Artículo de referencia: https://www.larazon.es/sociedad/medio-ambiente/cumplir-el-acuerdo-de-paris-no-descarta-el-deshielo-del-artico-HE24133576,