China, el mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero, ha defendido ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) su postura en la lucha contra el cambio climático. Si bien reconoció la gravedad de la crisis climática, el gigante asiático insistió en que los países desarrollados deben asumir un mayor compromiso en la reducción de emisiones, argumentando que los países en desarrollo tienen el derecho a desarrollarse y mejorar las condiciones de vida de su población.
En su intervención, China hizo hincapié en el principio de «responsabilidades comunes pero diferenciadas», según el cual los países desarrollados, al ser históricamente los mayores emisores de gases de efecto invernadero, tienen una mayor responsabilidad en la lucha contra el cambio climático. Pekín señaló que las medidas arbitrarias impuestas por algunos países desarrollados a las industrias verdes en los países en desarrollo socavan el derecho al desarrollo y obstaculizan la cooperación internacional.
Desarrollo sostenible
El gobierno chino destacó que la erradicación de la pobreza y el desarrollo sostenible son prioridades fundamentales para los países en desarrollo, y que estos tienen derecho a acceder a los recursos necesarios para alcanzar estos objetivos. Sin embargo, reconoció la necesidad de tomar medidas para mitigar los efectos del cambio climático y se comprometió a trabajar con la comunidad internacional para encontrar soluciones justas y equitativas.
La CIJ está escuchando los argumentos de 98 países y 12 organizaciones en el mayor caso jamás presentado ante este tribunal. La Corte deberá emitir una opinión consultiva sobre una serie de preguntas relacionadas con las obligaciones de los Estados en relación con el cambio climático, lo que podría tener importantes implicaciones para el derecho internacional y la acción climática global.
Grandes emisores
Este caso ha puesto de manifiesto las profundas divisiones que existen entre los países desarrollados y en desarrollo en la lucha contra el cambio climático. Mientras que los países desarrollados presionan a los grandes emisores como China para que reduzcan sus emisiones de manera más drástica, estos últimos argumentan que necesitan más tiempo y apoyo financiero para realizar esta transición.
La decisión de la CIJ podría marcar un hito en la gobernanza climática global y tener un impacto significativo en las negociaciones internacionales sobre el clima.