Un estudio liderado por el investigador de la NASA David Rounce y publicado en la revista Science sostiene que el 70% de los glaciares están condenados a desaparecer a lo largo de este siglo si no se limitan las tendencias actuales del calentamiento global.
Casi un tercio de los 215.000 glaciares de la Tierra -sin contar los de la Antártida y Groenlandia- ven amenazada su existencia, ya que podrían derretirse. Este mismo estudio señala que, aunque nos situemos en el escenario más optimista de limitar la temperatura global de la Tierra a 1´5 ºC, más de la mitad de los glaciares podría desaparecer de la superficie terrestre a finales de este siglo.
Los glaciares más afectados serán los de los Alpes y Pirineos, siendo los primeros hasta un 70% más pequeños para el año 2050. Uno de los principales problemas a nivel global será el aumento del nivel del mar, así como el calentamiento del agua debido al aumento de la temperatura de la Tierra.
David Rounce, glaciólogo, investigador de la NASA y profesor de ingeniería de la Universidad Carnegie Mellon, afirma lo siguiente:
¿Por qué son importantes los glaciares?
Los glaciares son grandes masas de hielo que se forman en las partes altas de las montañas, se ubican en la superficie terrestre y descienden lentamente por la ladera en forma de lengua. Están más cerca de los polos que en cualquier otro lugar del mundo porque se forman en zonas donde se acumula más nieve en invierno que la que se funde en verano.
Los glaciares de la Tierra acumulan más del 75% del agua dulce que hay en nuestro planeta. Son elementos indispensables en el ciclo del agua, ya que sirven como reservas de agua acumuladas por las precipitaciones. Son fundamentales para regular los ecosistemas de montaña. La característica más importante de los glaciares no es que sean agua, sino que sean parte del ciclo hidrológico, que no es exactamente lo mismo.
Por culpa del cambio climático, la temperatura de la Tierra se está calentando, provocando el llamado calentamiento global. Como consecuencia de esto, los glaciares están desapareciendo. Si se derritiesen debido al calentamiento global de la Tierra, se producirá un aumento del nivel del mar. Los icebergs, a diferencia de los glaciares, son masas de hielo que flotan en el océano. Si se derritiesen, no se producirá un incremento del nivel del mar.
Santiago Giralt, director e investigador del Instituto Geociencias de Barcelona, nos da las claves acerca de cómo podríamos salvar los glaciares:
El deshielo será entre un 4% y un 8% mayor de lo estimado
Los investigadores de este estudio usaron datos satelitales para mapear más de 200.000 glaciares de la superficie terrestre. Según han informado recientemente, la mayoría de los glaciares que desaparecerán tienen una extensión menor a 1 km cuadrado.
Este nuevo estudio señala que al menos 50.000 glaciares, una cuarta parte de los glaciares de la Tierra, podrían derretirse a mediados de este siglo. El objetivo de este estudio es informar sobre cómo puede peligrar el equilibrio de los ecosistemas, de la biodiversidad y de millones de seres humanos debido al incremento del nivel del mar al derretirse estos glaciares.
Las consecuencias que provocará este deshielo son realmente graves, ya que modificará la vida de 1.900 millones de personas en todo el mundo que dependen de los glaciares para obtener agua potable y riegos. Además, podrían ocasionar graves inundaciones que amenazarían a varios países de la Tierra.
Guðfinna Aðalgeirsdóttir, investigadora de la Universidad de Islandia, junto con Timothy James, investigador de la Universidad de Queensland de Canadá, han explicado las consecuencias de esta situación:
Si conseguimos limitar el calentamiento global al objetivo de 1´5 ºC estipulado en el Acuerdo de París, el planeta perderá casi con total seguridad el 26% de la masa glaciar total a finales de este siglo. Según las mejores estimaciones de escenarios futuros planteadas por los expertos, ese nivel de deshielo ocasionado por el calentamiento global provocaría una pérdida de masa glaciar total del 18%.
Fuentes: Redacción Ambientum, EL MUNDO, LA VANGUARDIA, Science