El cambio que está experimentando el clima en el planeta no sólo pone en peligro la existencia de especies de los ecosistemas fríos, como el oso polar o los pingüinos, también causará la desaparición de miles de especies tropicales. Sus organismos sólo son capaces de vivir en unas condiciones muy concretas y su capacidad de adaptación es mínima.
Así lo acaba de revelar un equipo de científicos de la Universidad de Washington, que ha analizado la tolerancia termal de insectos, ranas, lagartos y tortugas típicas de un ecosistema del trópico, uno de los más ricos en biodiversidad pero en el que las temperaturas cambian muy pocos grados durante todo el año.
Según sus conclusiones, publicadas en Proceeding of National Academy of Science (PNAS), hay una fuerte relación entre su fisiología y el clima y viven en el límite de su temperatura óptima para sobrevivir, lo que les impide tolerar cambios de uno o dos grados .
Nuestros cálculos demuestran que resultarán más dañados por el cambio climático que las especies de climas fríos, y justo en la zona con más vida del planeta , ha señalado Joshua Tewksbury, uno de los coautores del estudio.
Los científicos utilizaron en su análisis datos de temperaturas entre 1950 y 2000, así como proyecciones del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), y los compararon con los niveles de aptitud de unas especies tropicales, examinando los crecimientos de población en relación con el clima. Fue así como observaron que eran poco flexibles a los cambios. Puesto que viven tan al límite de su temperatura máxima, un aumento leve puede ser letal , aseguran.
Raquel Montón, responsable de Cambio Climático en la organización ecologista Greenpeace, señala que la investigación estadounidense confirma, con un ejemplo concreto, lo que ya se preveía, y es que el riesgo de extinción por el calentamiento global es muy alto . Montón pone el ejemplo de los anfibios de Canarias, muy sensibles, que son los más afectados por los cambios en las temperaturas.
También recuerda que la fauna y la flora de ecosistemas extremos siempre es la que saldrá más perjudicada, precisamente porque ya sobreviven en condiciones muy duras.